Hablar de Darijo Srna es hacerlo, probablemente, de uno de los futbolistas más queridos de la historia del fútbol croata.
El incombustible lateral balcánico, actualmente en el Cagliari, es un referente en Croacia y ha tenido una exitosa carrera deportiva, sobre todo durante su estancia en el Shakhtar Donetsk.
Allí forjó la mayor parte de su leyenda y paso mas de 15 años de una vida que, desde bien pequeño, estuvo marcada por la tragedia.
El dolor y el drama están ligados al apellido del croata, cuya familia fue masacrada durante la sangrienta Segunda Guerra Mundial. Y es que, en 1941, su tía y su abuela fueron quemadas vivas por paramilitares serbios.
"No me gusta mencionar la guerra. No se puede decir nada bueno de ella. Se trata de gente matando a gente, no hay más", confesó en su momentó en 'El Periódico' un Srna que ha tenido que crecer superando un golpe tras otro.
Por si esto fuera poco, Darijo tuvo que afrontar ya hecho todo un hombre la triste muerte de su padre por un cáncer. El futbolista vivió este trágico momento durante la última Eurocopa de 2016 y sus lágrimas en el encuentro ante la República Checa, recién llegado del funeral de su padre, permanecen aún en la memoria de los espectadores.
17 de junio de 2016
Desgracias sin ningún tipo de paliativo que hicieron del 'Beckham de los Balcanes' (apodo dado por su maestría con las faltas) una persona de rudo carácter, pero noble como el que más.
Buena prueba de ello pueden dar los niños más necesitados de Donetsk, a los que Srna donó hasta 20 toneladas de naranjas procedentes de su pueblo.
"Ellos son el futuro y se lo está quitando la guerra. Hay que intentar protegerles", comentó Darijo en referencia a la difícil situación que vive la ciudad (en Estado de Guerra) desde hace un lustro.
Un pequeño gesto que define a la perfección a un enorme futbolista y, aún más importante, a un fantástico ser humano.