Las nuevas normas del fútbol español para la 2020-21

El reglamento para la temporada 2020-21 incluye muchas novedades. El coronavirus ha obligado a hacer varios cambios, pero también la experiencia, por ejemplo en lo referido a lo que es mano y lo que no.
Como adelantó el periodista Ramón Fuentes en el diario 'Sport', y como explicaron Carlos Velasco Carballo, Carlos Clos Gómez y Alberto Undiano Mallenco, del CTA, son varias las novedades que trae consigo el nuevo curso. Novedades que empiezan, como el fútbol, desde la portería.
Y no, no es una frase hecha. De verdad cambian las porterías. Los postes, desde hace años siempre redondos, ahora se admitirán también forma cuadrada, rectangular o elíptica, siempre y cuando no sean peligrosos para la integridad de los jugadores (regla 1).
También se ha matizado la reanudación del juego cuando el balón deja de ser funcional (como por ejemplo, un pinchazo, como se contempla en la regla 2). Se sigue reanudando el juego con balón a tierra, pero ya no tendrá que ser necesariamente en el mismo sitio en el que se interrumpió.
El reglamento este año abarca hasta los dispositivos de localización y rendimiento que cada vez más jugadores utilizan. Estos, de acuerdo a la regla 4, deben estar homologados, y los futbolistas no tendrán por qué llevar la marca del aparato visible en la camiseta si lo hacían por obligación.
Pasamos a la regla 10, la que determina el resultado de un partido. En concreto, a lo referido a las tandas de penaltis. Aunque sea algo que no vaya a ocurrir en Liga, siempre está bien tener estos supuestos contemplados, por ejemplo, para la Copa del Rey.
Se confirma lo que la IFAB llevaba tiempo recomendando, que las amarillas en el tiempo de juego no sean tenidas en cuenta en las tandas, porque los lanzamientos no se consideran parte del partido.
Esto implica que si un jugador llega a la tanda amonestado, no será expulsado si viera una amarilla en ella. Esto se ha hecho, sin duda, con los guardametas en mente.
Ahora, las infracciones de los porteros en los lanzamientos de penalti que conlleven amonestación solo serán advertidas, mostrando amarilla únicamente en caso de reincidir.
Y si portero y lanzador cometiesen ambos infracción, primará la del atacante. En ningún caso se repetirá el lanzamiento si el lanzador quebranta la norma, ni aunque también lo haga el guardameta.
Si el tiro es detenido o fallado, no se repetirá y nadie será amonestado; si acaba en gol, tampoco. En ese segundo caso, el árbitro lo computará como fallado y se amonestará al lanzador.
Dicho de otro modo, el penalti no se repetirá aunque el portero se adelante, siempre que no toque balón. Si el lanzamiento se va fuera o pega en el poste y el portero se ha adelantado, se considerará fallo del lanzador salvo que el guardameta influya claramente en el devenir de la acción.
Un cambio importante lo encontramos en los fueras de juego que proceden de una mano. El VAR obliga a sacar punta a todos los supuestos posibles e imaginables.
Hasta ahora, un delantero en fuera de juego se consideraba que no sacaba ventaja si recibía el balón de un adversario que lo juega de forma voluntaria. Ahora esta norma también incluye las manos.
Es decir, si un defensor comete una infracción por mano, pero el balón le cae a un adversario en fuera de juego, la jugada continuará. La única excepción es que sea el portero quien toque el balón con la mano.
Esto se explica porque si las acciones voluntarias habilitaban a los jugadores en fuera de juego, las antirreglamentarias, como una mano voluntaria, también deberían tener las mismas consecuencias.
Y, al hilo de esto, también se ha matizado en profundidad qué es mano y qué no. Siempre será mano todo balón que impacte en una zona inferior a la axila. La parte superior es hombro y se puede jugar con ella. Aún así, serán valoradas y estarán sujetas a interpretación por el VAR si son susceptibles de señalar penalti o el ya citado fuera de juego.
Siguiendo con la regla 12, sobre faltas y conducta incorrecta, se distingue entre acciones imprudentes, temerarias y de fuerza excesiva. Las primeras solo conllevan falta, pero nunca amonestación. Para las segundas el castigo es la amarilla y para las terceras, la roja directa.
El árbitro deberá valorar las zonas de cuerpo con la que se realiza la entrada y recibe el impacto, la velocidad, intensidad, fuerza y riesgo de lesión, y tomar una decisión al respecto. Tienen la orden de proteger la integridad física de los futbolistas.
Los codazos también han sido revisados. Si hay disputa de balón, la acción se resolverá con amarilla. Solo será roja si hay gesto del brazo y fuerza excesiva.
También se castigarán con dureza las protestas a los árbitros. El CTA no quiere que se menoscabe la autoridad de los colegiados, y ha dado orden de que se sancione esta actitud con dureza.
Si hay una protesta en grupo (el clásico corrillo de jugadores recriminando algo al árbitro), este mostrará al menos una amarilla a uno de ellos. Si los entrenadores protestan de forma excesiva pueden ser expulsados directamente.
Se mantendrán los cinco cambios y las pausas de hidratación pasan a ser obligatorias únicamente cuando la temperatura y humedad superen los valores que dicta la norma.
El reglamento incluye muchos más cambios y matices, pero estos son, sin duda, lo más relevantes e influyentes de cara a la competición, visto lo visto en anteriores ediciones del torneo y las polémicas que su redacción previa causaron.