La razón es que el Arsenal no ha conseguido todavía encontrar destino para varios jugadores con los que Wenger no cuenta para la temporada 2017-18.
El único al que se le ha logrado encontrar acomodo ha sido Wojciech Szczesny, vendido a la Juventus. Los que están en la rampa de salida son Debuchy, Gibbs, Lucas Pérez, Wilshere, Jenkinson y Chuba Akpom.
"Si los jugadores finalmente no tienen la oportunidad de partir, ellos se quedarán aquí y se sentirán indeseados. Esto podría crear un clima complicado para el grupo. No hay ningún jugador al que yo quiera ver marcharse por delante de otros, porque todos tienen una gran actitud", afirmó Wenger para 'Evening Standards'.
"Sin embargo, cuando tienes a tres o cuatro jugadores para la misma posición, lo mejor para ellos es marcharse fuera", concluyó el entrenador.