La ley del más fuerte funcionó en el Estadio de Gran Canaria. Las Palmas aprovechó la crisis en la que se encuentra sumido el Sporting para conseguir tres puntos que le devuelven a las posiciones de privilegio.
Tuvo que salir Benito Ramírez, junto a una pizca de fortuna, para que el cuadro insular se hiciese con tres puntos que mereció desde el inicio del partido. Y es que el cuadro asturiano apenas generó peligro.
La pareja Viera-Jesé volvió loca a la defensa sportinguista, incapaz de parar a los dos jugadores canarios. El primero desde la media punta y el segundo, desde el frente del ataque, aparecieron para hacer de Mariño el mejor de los asturianos.
El portero del Sporting evitó que el resultado pudiese ser de escándalo, o al menos que se rompiese antes de lo que hizo. Y es que Mariño salvó en varias ocasiones bajo palos al cuadro asturiano.
Las Palmas se pudo poner por delante antes del descanso de no ser por que Arcediano Monescillo decidió anular un gol de Loiodice por un fuera de juego posicional de Jonathan Viera. Sin embargo, el capitán amarillo ni intervino ni molestó la visión de Mariño.
Los cambios sentaron bien al Sporting, especialmente con la entrada de un Dkuja que retornó a los terrenos de juego tras pasar el COVID-19. Le dio un nuevo aire al conjunto asturiano, pero insuficiente para hacer trabajar a Raúl Fernández.
Tanto fue Las Palmas al área de Mariño que, con una pizca de fortuna, se llevó los tres puntos. Benito Ramírez quiso ajustar el disparo al palo largo, la despejó Borja con un toque con la mala suerte de que el cuero, cuando se iba fuera, le rebotó a Berrocal antes de entrar definitivamente en la portería.
Nada pudo hacer el Sporting para acabar con la mala racha. Únicamente ha ganado dos puntos de los últimos 27 en el que puede haber sido el último partido de David Gallego.