Merecía el Inter su primera alegría en Europa y la consiguió con todo mérito. Era uno de los partidazos de la jornada, pero acabó defraudando desde el punto de vista del espectáculo. Fueron 90 minutos de mucho trabajo táctico y brillo 'neroazzurro', pero también de pocas ocasiones.
El Inter puso sobre el césped lo que pide Conte: solidez y seguridad. No vivió cerca del área del Borussia, pero tampoco dejó jugar al equipo de Favre, que tuvo la posesión pero no pudo hacer nada con ella. Los amarillos se encontraron una tela de araña en el centro del campo y una defensa prácticamente sin fisuras.
La igualdad fue tónica recurrente en la primera mitad. Prácticamente no se vieron ocasiones hasta el ecuador de esta, cuando Lautaro marcó en el primer disparo a puerta del partido. El argentino aprovechó un pase perfecto en profundidad de De Vrij para inaugurar el marcador.
El 1-0 no fue revolucionario para ninguno de los dos equipos. La primera mitad solo dejó un disparo tímido de Witsel y el primer paradón de Handanovic a disparo de Sancho. El descanso prometía cambiar las cosas, pero no lo hizo.
La segunda mitad comenzó con un disparo de Candreva desde fuera del área y un amago del Borussia, que parecía buscar de manera más insistente el gol. Los de Favre fueron de más a menos a causa del buen hacer defensivo local, sobre todo por alto.
Brandt, en el 66' rozó de nuevo el empate para el Borussia pero volvió a aparecer Handanovic para evitarlo. Los últimos minutos dejaron ataques insustanciales del Borussia, un penalti parado a Lautaro y un gol de Candreva a segundos del añadido para certificar unos tres puntos merecidos que dejan al Inter en segunda posición, a tres del Barça.