Hubo dos partidos. Uno, corto, hasta el 17', y otro, más largo, a partir de ese minuto. ¿Qué ocurrió pasado el cuarto de hora de partido? Pues que Robert Lewandowski marcó.
Ese gol cortocircuitó al Borussia. Los de Lucien Favre se vinieron completamente abajo. El Borussia desapareció del partido. Aguantó y plantó cara un cuarto de hora a su rival, pero no más.
Flick le ganó la partida táctica a Favre. Logró anular las bandas del Borussia, haciendo que, en todo el partido, solo se vieran una o dos subidas de Achraf, el puñal con el que el Borussia cosió al Inter hace unos días en la Champions.
Obligado a jugar por el centro, el Borussia se asfixió con la presión del Bayern. El rival le generó superioridades continuas por las bandas y le destrozó con centros al área.
Así llegó el primer gol, con un centro de primeras de Pavard para que Lewandowski entrase de cabeza en la historia de la Bundesliga al haber marcado en once jornadas consecutivas, algo que nadie antes había logrado en Alemania.
El gol fue un mazazo. Desconectó al Borussia, y la superioridad del Bayern fue más que patente desde ese momento en adelante. El Borussia, contra pronóstico, logró aguantar, aunque por momentos hubiera deseado haber podido pedir un tiempo muerto.
Pudo ampliar su renta el Bayern gracias a Gnabry, pero el tanto fue anulado por posición antirreglamentaria suya. El Borussia solo inquietó a Neuer en los últimos compases del primer tiempo, con un centro de Guerreiro, que había entrado al partido por la lesión de Sancho en el 36', al que no llegó por poco Witsel.
El descanso se antojaba vital para el Borussia, pero antes de poder comprobar si íbamos a poder presenciar una remontada como la que hizo al Inter en Champions, el Bayern zanjó la discusión marcando el segundo con suspense.
Gnabry volvió a marcar, y de nuevo vio como le era anulado el tanto, pero el VAR corrigió al colegiado en esta ocasión. Müller, quien podía haber estado en posición antirreglamentaria en la jugada, arrancó en campo propio. Asistió entonces para Lewandowski, el polaco remató al aire y Gnabry, solo y sin marca, batió a placer a Burki.
Con ese gol las esperanzas de sacar algo en claro del Allianz Arena se desvanecieron para el Borussia. Favre decidió dar minutos a Reus y Alcácer, ambos recién salidos de lesión, y capear el temporal como buenamente se pudiera.
Pero el chaparrón no cesó. Lewandowski volvió a ver puerta, de nuevo en el 76', y poco después, en el 80', los suplentes del cuadro bávaro apuntillaron a un Borussia completamente desconectado del partido: Coutinho para Perisic y el centro de este lo desvió Hummels a su propia portería.
El Borussia no es que no fuera capaz de emular su gesta del pasado miércoles en la Champions, es que fue una caricatura de equipo. El Bayern le anuló, le maniató y le sometió. Y le marcó cuatro que bien pudieron haber sido seis o siete, de haber tenido algo más de acierto los pupilos de Flick.
El Bayern se reengancha con esta victoria a la Bundesliga, poniéndose segundo, a un punto del otro Borussia, el de Mönchengladbach, cuyo partido de esta jornada se disputará el domingo. Supera al Borussia Dortmund, que se queda con los 19 puntos con los que empezó la jornada, pero fuera de los puestos de Champions.