El Leganés confirmó en Lezama que no hace falta mucho para golear. El conjunto 'pepinero' le ganó al Amorebieta 1-3 en un partido que, más allá de los goles, no tuvo gran cosa. El primero llegó al borde del descanso y el segundo cerca del 80'. Obieta recortó distancias, pero un misil de Bárcenas puso tierra de por medio.
Si algo tuvo los primeros minutos y la primera parte en general fue descontrol. Ambos equipos salieron al terreno de juego y ninguno se hizo dueño de la pelota. La dualidad de posesiones y los acercamientos tímidos, por llamarlos de alguna manera, se sucedieron en Lezama.
Un juego bronco, errático e interrumpido se vio en la primera ronda del encuentro. El susto inicial fue para los de Iñigo Vélez, que vieron cómo el árbitro les anuló un tanto en el minuto 20. Guruzeta y Moreno salieron a la contra y el 29' empujó a la red un pase de su compañero.
Sin embargo, el banderín levantado del linier indicó la posición antireglamentaria y por tanto, la invalidez de la diana. La réplica la firmó Recio dos minutos después, cuando su tiro con la derecha se fue rozando el travesaño, cerca de la escuadra izquierda.
Hasta el pitido antes del paso por vestuarios pareció que no pasaría nada más, pero no fue así. En una falta lateral con el tiempo ya cumplido, Rubén Pardo la colgó al corazón del área y Arnaiz remató de cabeza hacia atrás. El toque del '10' despistó a Santamaría y el balón entró hasta el fondo de las mallas.
Un premio abusivo para unos primeros 45 minutos que apenas tuvieron nada. En la reanudación, los de casa salieron con más ganas en los primeros compases, pero lejos de intimidar seriamente a Asier Riesgo. El goleador a punto estuvo de hacer el segundo en una internada por la izquierda, pero la zaga desvió a córner.
Nolaskoain fue el autor de la más clara de los locales con un remate de primeras cerca de la escuadra, pero nada más lejos de la realidad. Como en el primer tiempo, los 'pepineros' volvieron a encontrar oro de la nada. Un rechace de la defensa vasca le cayó en las botas a un Recio que puso el interior con sutileza para hacer el 0-2.
Su tiro de primeras se fue directamente a la escuadra más alejada, imposible para el cancerbero local. Todo parecía indicar que sería un final dulce y calmado para los madrileños, pero Obieta se encargó de que no fuera así. El delantero se adelantó a Riesgo en un centro y cabeceó al fondo de la red para recortar distancias.
Los cinco de añadido podrían haberle costado la vida a los de Mehdi Nafti, pero para eso entró Bárcenas. El '23' enganchó un misil increíble desde fuera del área que se coló por la escuadra para confirmar el segundo triunfo consecutivo de los suyos. Los de casa, por otro lado, siguieron en puestos de descenso a cuatro puntos del Mirandés.