Jesse Lingard está de vuelta en la Selección Inglesa casi dos años después. Desde junio de 2019, no recibía una llamada que este jueves ha vuelto a producirse. Y no sin motivos.
Y es que el jugador ha renacido en el West Ham a sus 28 años. En el Manchester United, había pasado de ser una pieza si no clave, al menos, bastante importante. En la 2017-18 llegó a su pico de rendimiento, con 48 partidos jugados, 13 goles y seis asistencias.
De hecho, fue en esa época cuando se convirtió en un asiduo en las convocatorias de Inglaterra. Pero comenzó a descender su rendimiento y su protagonismo, o quizá en el orden inverso. Sea como fuere, el banquillo pasó a ser su hábitat natural hasta ser relegado a un segundo o tercer plano.
Tras haber jugado únicamente 179 minutos este año como 'red devil', el West Ham apareció en su carrera para relanzarla. Se marchó cedido en el mercado invernal y no pudo aterrizar mejor en Londres.
Lingard volvió a ser noticia con su doblete en su debut como 'hammer' en el 1-3 al Aston Villa. Ya ha jugado seis partidos con su nuevo equipo, con cuatro goles y una asistencia, cifras que hacen que en el Olímpico de Londres ya quieran hacerse con su pase. Y no solo el cuadro londinense, ya que el Leicester también le ronda.
Pero no solo sus números demuestran el renacer del atacante. Lingard ha recuperado la alegría y eso se palpa en el campo, más allá de lo estadístico. Las sensaciones que transmite desde el costado izquierdo del ataque del West Ham, cómo pide la pelota y cómo quiere ser el líder arriba de los suyos.
Por todo eso, Southgate ha decidido citar al jugador para los partidos clasificatorios de cara al Mundial de Catar ante San Marino, Albania y Polonia. Tanto la cita de Catar como la Eurocopa de dentro de unos meses son eventos en el que, si sigue así, Lingard tendrá mucho que decir.