Al menos 18 aficionados de Flamengo habían sido arrestados en la mañana de este martes en una operación con que la Policía Civil pretendía cumplir 27 mandatos de prisión en diferentes barrios de Río de Janeiro contra integrantes de un grupo que venía siendo vigilado en las redes sociales y con escuchas telefónicas.
En una de las operaciones contra la banda de barras bravas, se produjo un intercambio de disparos que dejó al menos un muerto y dos heridos, entre los que se encontraba un hombre que estaba en un autobús y fue alcanzado por una bala perdida.
Los integrantes del grupo, al menos 100, venían intercambiando mensajes en las redes sociales sobre sus planes para invadir el Maracaná en medio del partido, en el que a Flamengo, que empató 1-1 con Gremio en la ida, le basta un empate sin goles para avanzar a la final y medirse al vencedor del duelo este martes entre los argentinos Boca Juniors y River Plate.
En los mensajes, los hinchas también amenazaban con atacar a la Policía, practicar robos y agredir a los aficionados de Gremio.
Según la Policía Civil, varios de los 100 aficionados identificados como miembros de este grupo, que serán acusados inicialmente de asociación para delinquir, tienen antecedentes criminales o responden a procesos ante el Juzgado del Hincha por actos violentos en competiciones deportivas.
"La intención de ellos era invadir (el Maracaná) o practicar crímenes como lesiones corporales y robos para conseguir las entradas. Para impedir esos crímenes hicimos varias gestiones desde el viernes. Estamos identificando otras personas para poder solicitar su detención", afirmó la comisaria Carina da Silva Bastos, titular de la Comisaría 18 de Policía Civil de Río de Janeiro, en declaraciones a periodistas.
La comisaría hizo públicos algunos de los audios en los que los hinchas violentos anuncian sus planes y se dicen dispuestos a todo para ingresar al estadio.
"Algunos tienen antecedentes policiales por crímenes como homicidio, robo y narcotráfico", agregó la comisaria.
Para prevenir cualquier tipo de incidente, las autoridades de Río de Janeiro decidieron declarar el partido por semifinales de la Libertadores, en el que son esperados unos 62.000 aficionados, como de riesgo máximo y elevar a hasta 800 el número de policías responsables por la seguridad.
"Es una movilización muy superior a la de partidos anteriores tanto de la Libertadores como del Campeonato Brasileño. Tendremos diversos puntos de bloqueo. Tan solo el hincha con la entrada pasará por los bloqueos", afirmó el comandante del Batallón de Policía para los Estadios, Silvio Luiz.
Las autoridades tienen como antecedente la invasión del Maracaná promovida en 2017 por hinchas igualmente de Flamengo en el partido por la final de la Copa Sudamericana, cuyo título fue conquistado entonces por Independiente.
Poco antes del partido, los aficionados provocaron una confusión generalizada en los alrededores del mítico estadio, que aprovecharon para ingresar a la fuerza por diferentes portones.
La Policía tuvo en la época varias dificultades para contener los intentos de hinchas de Flamengo de invadir el estadio.
Tras el partido, Flamengo fue sancionado con una suspensión de su estadio en partidos de la CONMEBOL y con una multa impuesta por las autoridades brasileñas.