La Selección de Bélgica pudo ponerse por delante en el partido frente a Francia y a los pocos minutos del inicio, en concreto, a los cuatro. De Bruyne tuvo una ocasión clarísima.
Balón largo para Lukaku que le ganó en el cuerpo a cuerpo y en la carrera a Varane por la derecha y puso un centro al área que Koundé no acertó a despejar. De hecho, dio más bien una asistencia.
El jugador del Sevilla se dejó el balón atrás y lo recogió un De Bruyne que voleó y picó el balón contra el suelo para dificultar todavía más la parada de Hugo Lloris. El portero voló para meter una mano a media altura cuando el balón prácticamente le había pasado el cuerpo. Y eso que fue a bocajarro.
Cuando la grada cantaba el gol, el francés puso esa mano de hierro y perfectamente puede ser la parada de la Liga de las Naciones de la UEFA.