El Bayern resolvió rápidamente un problemón interno del vestuario. Y es que Mané, que mantuvo una discusión con Sané durante el choque de Champions contra el City, agredió a su compañero tras el partido y le hizo sangrar del labio.
No obstante, el entorno del senegalés apuntó a que hubo un comentario racista del germano. El club actuó de oficio y no dudó en suspender al futbolista, al que dejó sin jugar ante el Hoffenheim y al que multó con 500.000 euros.
Herbert Hainer, presidente del Bayern, se pronunció al respecto sobre este asunto en 'Bild' y le vio el lado positivo: "Mané y Sané se desahogaron. Lo que pasó después del partido en Mánchester no se puede tolerar. Fue castigado, en consecuencia. La multa le duele, aún con el salario que tiene".
Tuchel, en la previa del duelo contra el Hoffenheim, también le quitó hierro a este entuerto y dejó claro que el senegalés pidió disculpas a sus compañeros y también a Sané, del que se rumorea que incluso evitó que el club despidiera al '17'.