El presidente de la RFEF comunicó la decisión de conceder al futbolista la máxima distinción federativa, la Medalla de Oro y Brillantes, que se le impondrá a título póstumo en la Asamblea General del próximo 10 de junio.
Rubiales estuvo en la capilla ardiente en memoria del malogrado jugador, internacional absoluto en 21 ocasiones y mundialista en 2006, en la que destacó que "era magnífico por todo lo que ha dado al Sevilla, al resto de clubes en los que ha jugado y a la Selección".
"Lo que le ha dado al fútbol no sé si podremos devolvérselo. Lo sufrí en el campo y después lo disfruté en persona. Toda la gente lo quería, era bromista y te inspiraba ternura su sonrisa", subrayó.
El dirigente reiteró la "tragedia" que supone la muerte de "un jugador tremendo" al que "cuando Joaquín Caparrós lo ponía a banda cambiada", le tocaba cubrirlo y que "con 17 años tenía unas condiciones bestiales, es una pena que se haya marchado de esta manera".