El centrocampista ya no jugó el último partido de Liga contra Osasuna. Mantuvo una charla con el técnico Óscar García en las horas previas al choque, y ambos acordaron que lo mejor para el jugador y el equipo era que se quedara, incluso, fuera de la convocatoria.
Lobotka llegó a Balaídos en el verano de 2017 procedente del Nordsjaelland, que recibió cinco millones de euros y se guardó un porcentaje -25%- de una futura venta.
Siete meses después el jugador amplió su vinculación con el Celta hasta junio de 2023 a cambio de una mejora de su contrato y una subida de su cláusula de rescisión, fijada en estos momentos en 50 millones de euros.
El acuerdo entre Lobotka y el Napolés está cerrado desde hace días, por lo que sólo falta que el Celta acepte la última oferta del conjunto italiano: 20 millones de euros y dos en variables. La dirección deportiva que lidera Felipe Miñambres confía en cerrar el traspaso en las próximas horas para anunciar ya su primer fichaje invernal.