Para empezar, demostró tener una visión de juego propia de los mejores atacantes. Vio que sus compañeros estaban metiendo en apuros a Amavi y no dudó en arriesgarse a pegar una carrera en balde.
No fue así, y el pase de Amavi fue directo a sus botas. Fue tan preciso que dieron ganas de pedir fuera de juego, pero claro, no pudo serlo: el pase procedía de un rival.
Lo siguiente fue su genial definición ante Escales. Un amago, dos, tres. Portero al suelo y punterazo al palo corto para inaugurar el marcador. Una genialidad al alcance de muy pocos, y una sangre fría de 'killer'.
Es raro que un tipo con su clase, que ha demostrado no ser flor de un día, no haya tenido oportunidades más allá de la Segunda B hasta hace bien poco. Pero Loren ya está en la élite, y ha venido para quedarse.
25 de julio de 2018