La lista de jugadores que defraudaron en invierno en el Real Madrid la encabezan Zé Roberto, Thomas Gravesen, Fernando Gago, Antonio Cassano, Julien Faubert.
Mientras que en el Barcelona, los que peor rendimiento ofrecieron fueron Bogarde, Ronald de Boer, Maxi López, Sorín y Demetrio Albertini.
Julien Faubert llegó al Madrid procedente del West Ham en 2009.
Aterrizó en Chamartín para reforzar el carril derecho ofensivo de Juande Ramos, pero el extremo francés apenas disputó 60 minutos en dos partidos de Liga y en el Real Madrid sólo le recuerdan por quedarse dormido en el banquillo de El Madrigal.
Zé Roberto llegó al Madrid procedente de la Portuguesa en 1997.
Avalado por el éxito del fichaje de Roberto Carlos, Lorenzo Sanz quiso repetir la operación con Zé Roberto, pero su paso por el Santiago Bernabéu fue breve y sin gloria, abandonando la disciplina blanca la temporada siguiente tras entrar en las listas de Capello sólo para cubrir los huecos que dejaban los lesionados.
Fernando Gago llegó al Madrid procedente de Boca Juniors en 2006.
Bajo la vitola de 'el nuevo Redondo', el centrocampista argentino recaló en el Real Madrid como estrella junto a los desconocidos Marcelo e Higuaín. Sin embargo, la pausa del juego de Gago le lastró en el conjunto blanco, mientras el lateral brasileño y el delantero argentino se ganaron la confianza de sus técnicos e hicieron carrera en Chamartín.
Thomas Gravesen llegó al Madrid procedente del Everton en 2005.
Inventor de la 'gravesinha', donde clavaba su rodilla en el césped poniendo en peligro ligamentos, rótula..., el danés llegó al Real Madrid en una época convulsa, sin gobierno en el centro del campo. Aunque dejó huella por su forma de vivir los encuentros, nadie en el Real Madrid echará de menos a Gravesen por su rendimiento deportivo.
Antonio Cassano llegó al Madrid procedente de la Roma en 2006.
'Il Talentino' es uno de los jugadores con mayor calidad de los últimos años, pero su ritmo de vida le impedió brillar como debiera. Recientemente, en una entrevista, Cassano admitió: "El único reproche de mi carrera se llama Real Madrid. Tenía seis años de contrato y, tras sólo uno, me fui. Estaba loco, y también renuncié a un montón de dinero".
Maxi López llegó al Barcelona procedente de River Plate en 2005.
El conjunto azulgrana pagó 6,5 millones de euros, pero apenas disputó 19 partidos y marcó sólo un gol, cifras demasiado pobres para un delantero y fue vendido al FC Moscú, tras una cesión al Mallorca.
Ronald de Boer llegó al Barcelona procedente del Ajax en 1999.
Incluido obligatoriamente en el traspaso de su hermano Frank, Ronald de Boer aterrizó en la Ciudad Condal para ponerse a las órdenes de Van Gaal, inmerso en su particular holandarización del Barcelona. Sin embargo, el centrocampista no gozó ni de confianza ni de minutos y salió del club temporada y media después, sumando sólo 33 partidos.
Bogarde llegó al Barcelona procedente del Milan en 1998.
Defensor de la elástica de Chelsea, Milan y Barcelona, Winston Bogarde ostenta el infame título del peor jugador de todos los tiempos de cada gigante europeo. Llegó al Camp Nou de la mano de Van Gaal y duró lo que duró el holandés, único valedor de un jugador sin técnica ni capacidad para rendir en el Barça.
Demetrio Albertini llegó al Barcelona libre en 2005.
A sus 33 años, el centrocampista italiano firmó por el conjunto azulgrana tras desvincularse del Atalanta. Llegó por petición de Frank Rijkaard, donde Albertini apenas si pudo aportar algo de veteranía al equipo durante sólo cinco partidos.
Sorín llegó al Barcelona procedente de Cruzeiro en 2003 cedido.
Disputó 15 partidos durante la media temporada que defendió la camiseta azulgrana, pero su pase por el Barcelona estuvo lastrado por las continuas lesiones y el Camp Nou nunca le perdonó que se le pillara dando saltos en un concierto mientras estaba de baja...