El fútbol alemán ha vivido una escena de lo más lamentable en el encuentro de pretemporada que disputaron el Bochum y el St. Gallen.
Y es que a poco más de dos minutos para el descanso del duelo, el joven Jordi Osei-Tutu, para asombro del resto, se marchó llorando del campo.
El motivo de este comportamiento fue que el futbolista había recibido insultos racistas por parte de un rival, concretamente de Slimen Kchouk.
Su técnico, nada más ver la reacción de su pupilo, le preguntó qué había pasado y el jugador se lo contó todo.
"Cuando Jordi estaba volviendo, me dijo que fue insultado por el color de su piel. Es por eso que dejó el campo completamente desolado", comentó el técnico del Bochum.
Por su lado, tras el incidente, Osei-Tutu mostró su tristeza por lo ocurrido. "Estoy muy decepcionado, nadie debería ser discriminado, y es realmente difícil entender cómo un compañero de fútbol profesional puede comportarse de esta manera", sentenció el propio futbolista en los medios del club.
10 de julio de 2019