Santiago Solari supo recomponer al Real Madrid, darle fortaleza con jugadores de la cantera, hombres a los que conocía muy bien de su etapa en el Castilla, ofrecerles una oportunidad de oro para brillar en el primer equipo y, a cambio, todos respondieron con nota.
Ante el Barcelona, en la ida de las semifinales de la Copa del Rey en el Camp Nou, Solari supo responder con un once atrevido que ofreció muy buenos resultados sobre el terreno de juego azulgrana.
Justo ante el Barça quedó sentenciado el ex seleccionador español, después de un 5-1 en territorio rival que fulminó a un Lopetegui que ya venía en el punto de mira de todos desde hacía semanas. El pasado miércoles, en el mismo escenario, el argentino sacó lo mejor de este Real Madrid.
Un empate en una de sus primeras grandes finales, el primer desafío para una semana cargada de pruebas. Porque la siguiente final pasa por superar al Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano, un duelo que reunirá a los dos conjunto masdrileños en el derbi de Liga el próximo sábado 9 de febrero.
Poco a poco, las decisiones que al principio parecían lanzar al Real Madrid al precipicio, fueron tomando forma, convenciendo a la afición a base de buenos resultados sobre el césped. Reguilón, Marcos Llorente, Vinicius y compañía, sin hueco en el once de Lopetegui, en el centro de todas las miradas por ser la primera opción de Solari, pasaron a despertar los aplausos de todo el Santiago Bernabéu.
Decisiones arriesgadas de un Santi Solari que acertó, con sus adeptos y sus críticos, sus momentos de duda y sus noches de gloria, con los que entienden su postura con Isco y los que están en contra del malagueño, para volver a meter al Real Madrid en la lucha por el título de Liga, mantenerlo vivo en Copa y Champions, y levartar el primer título en el Mundial de Clubes.