A Pablo Guede se le desmontó su plan inicial en Burgos. Toda la planificación deportiva se centró en los tres centrales, los carrileros y el mediapunta por detrás del delantero. Para ello llegó Fran Villalba, el '10' pretendido por el argentino, pero la imagen en El Plantío le obligó a recular y ajustar todas las piezas al 4-4-2 apoyándose en la polivalencia de los fichajes.
El futbolista valenciano es uno de los que más difícil lo ha tenido en este arranque. Llegó tarde, después de un verano complicado en el que apretó para salir del Sporting de Gijón, y en una situación incómoda como la que afectaba al equipo. Su debut fue ante Las Palmas con 0-3 en el marcador y después no volvió hasta el Albacete, contra el que tuvo otros siete minutos con el equipo por detrás.
Tirado a la izquierda tampoco llegó a verse a Villalba cómodo, ni en Huesca ni en Tenerife. El cambio de esquema borró del campo la posición para la que había llegado, pero el debut de Pepe Mel dejó las cosas claras: cada uno en su posición natural. Jugó con dos extremos a su pierna (Hervías derecha, Gallar izquierda) y el ex de Valencia o Almería, en mediapunta. Y ahí sí que dejó algunos destellos que indican que ese es el camino a seguir.
Numéricamente, sus cifras básicas son parecidas a las de Huesca y Tenerife, sus dos primeras titularidades. Según BeSoccer Pro, ante el conjunto oscense acertó 36 de 45 pases y frente a los insulares, 24 de 27, mientras que ante el Villarreal B fueron 30 de 33. El asunto es que de ellos, 11 fueron progresivos y todos acertados, lo que multiplicó sus cifras de El Alcoraz (5) y del Heliodoro (3).
Es decir, que recibir de cara y entre líneas le permitió a Fran Villalba ser mucho más incisivo en cada toque de balón. De hecho, el valenciano no había acertado tantos pases profundos en un mismo partido en las dos últimas temporadas entre Sporting y Almería. Su segundo mejor dato fueron 10 de 13 intentos en Copa del Rey contra el Cádiz la campaña pasada.
Brotes verdes con un jugador llamado a ser importante en este equipo. El mediapunta de 24 años aterrizó en Málaga cedido con cláusula de compra obligatoria en caso de ascenso, aunque todo será negociable si eso no sucede pero las sensaciones acaban siendo satisfactorias. La irregularidad y cuestiones extradeportivas le impidieron descollar en la élite, pero su calidad es indudable. Veremos si Pepe Mel logra darle el contexto para que brille con continuidad.