Los portugueses pisaron la arena del Estadio Los Pynandi (pie descalzo en guaraní) "muy concentrados" y conscientes de que "el partido iba a ser difícil", como reconoció a 'EFE' tras el encuentro el balón de plata del Mundial, el delantero Jordan.
Italia, su rival, había mostrado en todo el torneo un juego rápido y ágil, y no dudaba en exhibir a sus ases: Gabriele Gori, Balón de Oro del torneo con 16 goles, y Emmeanuele Zurlo, con 10.
Las estadísticas de los italianos no impresionaron a los lusos, que en su plantilla también presumían de buenos jugadores.
La tranquilidad de los portugueses la manifestó el entrenador, Mario Narciso, que llegó este domingo al Estadio con "mucha esperanza de ganar", aunque al mismo tiempo sabía que el encuentro podía decidirse para Italia (4-6), porque a partir de cuartos solo juegan "los mejores equipos del mundo".
Narciso compartió que la clave del equipo al que entrena es unir entrenamiento y cualidades de los jugadores. El entrenador portugués descartó el trabajo como la única clave del éxito, puesto que "todos los equipos trabajan", y apostó por el equilibrio entre el esfuerzo y el perfil de los jugadores.
"Aquí lo que hace ganar el juego es el valor de los jugadores. Si no hay valor, con buen trabajo no se consigue ganar. Si tienes jugadores con cualidades, pero no se trabaja, tampoco ganamos. Cuando se unen trabajo y valor de los jugadores, consigues eso", aseguró Narciso, orgulloso de este segundo Mundial para Portugal.
Gracias a su técnica y al desempeño de sus jugadores, Portugal volverá a casa con el título mundialista y tres futbolistas premiados. El portero Andrade se llevó el Guante de Oro y Jordan y Leo Martins, el Balón de Plata y Bronce, respectivamente.
El seleccionador bromeó sobre el palmarés y aseguró que no se emociona con el resultado porque es habitual en su equipo. "Ya no siento nada porque ya es normal. Los jugadores son habituales en ganar premios y hoy, merecidamente, ganaron esos trofeos", apuntó.
El capitán de Portugal, Madjer, no recibió ningún galardón personal, pero se alegró por el logro conquistado como equipo y por los reconocimientos particulares a algunos de sus compañeros.
Con la bandera de Portugal en la espalda y la presea de oro al cuello, el capitán luso declaró que para él es "un placer enorme" pertenecer a la selección y dijo estar "orgulloso de ser parte de esa familia".
Para Majder, es esa unidad casi familiar la que ha ido impulsando a Portugal desde la fase de grupos hasta la final, y de ahí a la victoria. "Unión, sin duda, y somos una familia dentro y fuera del campo", expresó, al ser preguntado por el secreto de la selección para ganar el Mundial de Fútbol Playa de Paraguay.
Al igual que Madjer, Jordan también enfatizó que los portugueses son "una familia", con integrantes experimentados como Madjer o Andrade, por encima de los 40 años, hasta Ruben Brilhante, que recibió el triunfo del Mundial como un regalo de cumpleaños en este 1 de diciembre en el que soplaba 20 velas.
Jordan calificó este triunfo ante Italia (4-6) como un sentimiento "muy especial" con el que los portugueses ponían el broche de oro a "varias conquistas" deportivas en las que salieron victoriosos.
El delantero de la selección lusa cree que la clave de su equipo es "la seriedad" y la unidad para ir "juego a juego, paso a paso" para cumplir con sus responsabilidad sobre la arena.