Unos meses más tarde, la realidad revela que ninguno está a su mejor nivel. Las razones y las situaciones son variadas, pero los números y las sensaciones no engañan.
Neymar fue el gran culebrón del verano. Si bien el Madrid casi siempre fue actor secundario, hubo momentos en el que la rumorología le situaba más cerca del Bernabéu que de París o Barcelona.
El brasileño sigue lastrado por las lesiones. La última la sufrió con Brasil, aunque, al menos, no fue en su maltrecho pie. De hecho, estará pronto de vuelta. En su caso, al menos estuvo a buen nivel cuando empezó a jugar de nuevo con los parisinos.
Sus ausencias desde que fichó por los galos le han hecho sumar tantos encuentros de baja como disponible. Eso si, marcó cuatro goles en los 450 minutos en cinco partidos que jugó.
Pogba es otro que no está, ni de lejos, en su mejor momento. El centrocampista fue el deseo número uno de Zinedine Zidane desde su regreso. Y el 'red devil' también estaba por la labor de llegar a la capital española.
Al final, la operación no pudo producirse y su temporada está siendo discreta en el United. Tampoco le ha acompañado la fortuna en lo físico, con reiteradas molestias en el tobillo que sólo le han permitido jugar 540 minutos.
Seis partidos en los que Pogba, que marcó 16 goles y dio once asistencias el curso pasado, ni ha visto puerta ni ha dado gol alguno.
Eriksen, por su parte, estuvo en la agenda del Madrid e incluso se produjeron ciertos entendimientos, pero no era el rol específico que buscaba 'Zizou'. Termina contrato el año que viene, por lo que el 1 de enero podrá negociar libremente con cualquier club.
El caso del danés es uno de los más llamativos. Pochettino, entrenador del Tottenham, le ha dejado fuera del equipo inicial en los dos últimos partidos por mera decisiones técnicas, uno de Premier y otro de Champions.
Hasta la fecha, suma once partidos jugados, pero cinco de ellos los empezó desde el banquillo. Sólo ha logrado un gol y una asistencia.