El Cuco Ziganda ya tiene lo que quería, una salvación con tres jornadas por disputarse y un sufrimiento ahorrado tras una temporada irregular. El Oviedo superó al Málaga con poco, solo un gol le bastó. Pero está salvado, que es lo que importa.
Necesitaba ese impulso el cuadro 'carbayón', que no fue mejor que el Málaga, pero sí que mostró algo más de mordiente en ataque. El partido fue de 0-0 de manual y se lo llevó el que más lo necesitaba. Tres puntos para sellar la permanencia en el Tartiere.
De hecho, el Málaga fue superior en la primera parte. El equipo blanquiazul, matemáticamente salvado tras la derrota del Logroñés, llegaba tranquilo a tierras ovetenses. El once de Pellicer, con novedades como Cristo, Mini o Yanis Rahmani de '9', así lo dejó ver.
Pero de lo que sí adoleció el conjunto malacitano es de fluidez en ataque. No salió nada, tanto con un referente arriba como Scepovic en el segundo tiempo, como en el primero con Yanis, Jairo y Joaquín intercambiándose las posiciones. El experimento no funcionó.
A base de presionar en territorio de Femenías, el Málaga robó en zona de peligro, pero la única amenaza fue un disparo de Jairo desde la frontal que rozó el palo. El Oviedo se agarró a las combinaciones por banda, con Sangalli y Juanjo Nieto más participativos en la derecha.
El choque se decidió en el segundo tiempo, que también estuvo muy parejo en todo momento. Comenzó avisando Jairo y, posteriormente, Nieto con un chut lejano. Pero el as en la manga lo tenía Lucas Ahijado, que en el minuto 61 se sacó el golazo de la jornada, con una volea directa a la escuadra de Dani Barrio.
Un gol bellísimo para un encuentro la mar de feo. El Málaga, centrado en la planificación y en el futuro de Pellicer, intentó levantarse colgando balones al área de Femenías y acumulando muchos hombres, pero el Oviedo no dejó escapar finalmente un triunfo para la tranquilidad.