Partido con todo en juego en la parte baja de la tabla que se disputó en el Nuevo Mirandilla. Y el espectáculo no dejó nada que desear con dos equipos como Cádiz y Espanyol que no han empezado nada bien en Liga. Penúltimo y antepenúltimo se dieron cita en busca de salir de puestos de descenso.
Ambos equipos llegaron tras empatar en la pasada jornada y el ritmo lo llevó desde el principio el equipo de casa. Fue un dominio estéril con pocas oportunidades y falto de profundidad. Las más claras fueron con centros laterales, pero la zaga 'perica' estuvo muy expeditiva en todo momento.
El primer tanto llegó al borde del descanso y tras un error grave de Lecomte, que salió a por uvas en un saque de banda de Luis Hernández al corazón del área. Un rebote en la cabeza de Vinicius Souza provocó que Víctor Chust remachara a la red la pelota que se paseó por la línea de gol.
No obstante, los papeles cambiaron radicalmente en la segunda mitad y fue el conjunto visitante el que ganó metros y se fue para adelante. Tan solo tardaron seis minutos para hacer el empate. Un buen centro por la izquierda de Oliván fue cabeceado a la red por Joselu Mato.
El delantero español está de dulce y fue el encargado se sacarle las castañas del fuego a sus compañeros. Tras el 1-1, los 'pericos' siguieron insistiendo y culminaron la remontada con un golazo de equipo. De nuevo, el '9' batió a Ledesma por el palo corto con un tiro potente tras un gran pase de Edu Expósito al hueco.
La remontada y la derrota en casa hizo abrir los ojos a un Cádiz que tuvo la presión del estadio encima. De nuevo, el cambio de guion estuvo presente sobre el verde. Los cambio de Sergio González funcionaron y Lozano y Lucas Pérez revolucionaron el ataque cadista.
Tanto fue el cambio que un Pacha Espino muy activo le ganó la espalda a su par y centró raso para que el '15' batiera a Lecomte con un disparo raso y potente. El empate pareció servir a los dos, pero una última ocasión en el tiempo de añadido casi provocó el delirio de los aficionados.
En el 94', el árbitro pitó una falta peligrosa en la frontal que fue ejecutada magistralmente por Lucas Pérez. El atacante se topó con el travesaño y ahí quedó todo para ambos equipos. Un punto que supuso la salida del descenso del Espanyol para que entrara el Sevilla.