El mercado de fichajes cerró y el conjunto madridista no logró desprenderse del ex jugador de Cruzeiro. Sin hueco en el equipo desde su llegada en la temporada 2014-15, Lucas Silva se convirtió en un quebradero de cabeza para la entidad.
El mediocentro ni siquiera puede entrenar en la Ciudad Deportiva de Valdebebas, puesto que no tiene permiso de trabajo en España. Mientras tanto, se ejercita en solitario en Aravaca para mantenerse en forma.
Si no quiere continuar al margen, el centrocampista aún podría salir traspasado a México, Argentina o Catar. El Real Madrid tendría que seguir pagando los dos millones netos por temporada que cobra el brasileño.
La situación podría alargarse hasta la próxima ventana de enero de 2020, aunque podría repetirse la misma historia. Según informa el diario 'AS', la entidad blanca no recibió ninguna oferta firme por Lucas Silva.