El campo de Frioli ofrecía un reto difícil para el Inter de Milán, que debía ganar sí o sí al Udinese para no verse descabalgado de la lucha por el título. Además, sin Lautaro Martínez, que cumplía su primer partido de sanción. En su ausencia, Romelu Lukaku alzó la bandera para aguantar el pulso que había lanzado horas antes Cristiano Ronaldo.
Los hombres del técnico Antonio Conte se reencontraron con los tres puntos después de tres empates consecutivos y aguantaron el ritmo también de la Lazio, que había arrollado por 5-1 al Spal y que está a dos puntos de los milaneses, con un partido menos.
Sin Lautaro, Conte apostó por Esposito junto a Lukaku, con el danés Christian Eriksen, recién fichado procedente del Tottenham, de titular en posición de volante.
Sufrió el Inter en la primera mitad ante un Udinese agresivo, pero supo aguantar pese a la baja de su portero titular, el esloveno Samir Handanovic, y rompió la igualdad en el minuto 64 gracias a Lukaku, cada vez más líder del conjunto milanés.
Su gol aumentó el nerviosismo del Udinese y el Inter amplió distancias en el 70' gracias a un penalti forzado por Alexis Sánchez, que había saltado al campo diez minutos antes, y transformado de nuevo por Lukaku.
El delantero belga lleva 16 goles en 22 partidos y se confirmó intratable fuera de casa, donde marcó 12 goles en once partidos, lo que contribuyó a los nueve triunfos y dos empates lejos de San Siro.