Una pena máxima detenida por el guardameta Ian Mackay al centrocampista del Sant Andreu Tarradellas, en el decimoctavo lanzamiento consecutivo, le permitió a la SD Ponferradina, un 23 de mayo de 2010, lograr su segundo ascenso a la categoría de plata. Y el meta diez años después, lo rememoró.
"¡¡10 años!! ¡Cómo pasa el tiempo! Décimo aniversario del momento futbolístivo más bonito vivido hasta ahora", recordó en su cuenta de Twitter.
El equipo berciano, que ya lo había conseguido, también de manera agónica con un gol en los últimos minutos en lanzamiento lejano de Fran Domínguez cuatro años antes en Alicante, por fin culminaba lo que había rozado en las dos ocasiones precedentes, en sendas eliminatorias por el ascenso ante el propio Alicante y Real Jaén.
Después de haber quedado campeón de grupo se enfrentó a otro primer clasificado, el Sant Andreu al que venció a domicilio en terreno catalán (0-1) con tanto del cántabro Jonathan Valle en una cita que presenciaron más de dos mil aficionados deportivistas.
En el partido de vuelta, que decidía el ascenso, el estadio de El Toralín registró una de sus entradas más numerosas con 9.500 aficionados que poblaron sus gradas en un choque, de nuevo marcado por la emoción y en el que el conjunto catalán fue capaz de igualar la eliminatoria con un tanto del local Nacho en propia meta.
Sin que se moviera el marcador en el periodo suplementario, se llegó a la tanda de penas máximas, donde ninguno de los dos equipos erraba sus lanzamientos anotando Berodia para los locales el noveno de su tanda y dejando todo en los pies de Pere Tarradellas y las manos de Mackay.
El guardameta gallego, que pasara por las filas del RC Deportivo y que en la actualidad milita en el CD Sabadell, con el que buscará en unos meses un nuevo ascenso a Segunda División, adivinó el lanzamiento a su izquierda del centrocampista y llegó la explosión de júbilo a las gradas de El Toralín, dando paso posteriormente a una fiesta enorme por las calles de la capital berciana.
Sin embargo, como había pasado cuatro años antes, el ascenso ponferradino no tuvo estabilidad posteriormente en la categoría de plata, descendiendo de nuevo a Segunda División B, pero recuperó de inmediato su sitio en el fútbol profesional una temporada después ya con el actual capitán Yuri de Souza como uno de los principales artífices, culminando el retorno ante el CD Tenerife.
Esa tercera etapa si resultaría más provechosa para el conjunto blanquiazul que logró asentarse en Segunda División durante cuatro campañas, rozando además en dos de ellas la disputa de las eliminatorias de ascenso a Primera, aunque acabaría cayendo de nuevo a Segunda B, categoría de la que salía la pasada temporada tras superar sucesivamente al UE Cornellá, Cartagena y Hércules.