Victoria de oficio, victoria de fin de mala racha. Las Palmas derrotó al Cartagena en la jornada 26 de Segunda para dejar atrás al fin las tres derrotas consecutivas que había sufrido y mirar de nuevo a la zona alta de la clasificación. Más abajo, al borde del descenso, moran los de Luis Carrión.
El triunfo canario fue claro. El 'Efesé' tuvo sus mejores momentos cuando ya iba perdiendo por dos goles de diferencia en el marcador. En los tramos finales, pudo llegar perfectamente un tanto que pusiera interesante el desenlace, pero, antes, en el cuerpo a cuerpo, los amarillos salieron ganando.
Ya desde los compases iniciales, la mayoría de los intentos eran de factura isleña. En uno de ellos, Aburjania le dio a la bola con la mano en el área y cometió así una pena máxima que transformó Maikel Mesa en el 14'. Cinco minutos más tarde, Pejiño trazó una diagonal asesina de banda a frontal y dobló la ventaja de un zapatazo.
Hubo un punto común en ambas dianas: el acierto de Las Palmas y la mala fortuna del Cartagena. Aburjania no esperaba en la primera que la pelota botara justo ante él y no le dio tiempo a recoger el brazo. Pejiño, en la segunda, tuvo la 'ayuda' de un rebote en un defensa para despistar a Chichizola.
Ya con 2-0 en el luminoso, los de Pepe Mel recurrieron a la calma para atesorar los tres puntos. Araujo y Mújica se encargaron de buscar la sentencia -y Jesé, que debutó- y, de hecho, Curbelo la encontró en la segunda mitad, pero la jugada tuvo que anularse por fuera de juego. Atrás, la defensa sostenía los envites albinegros.
La buena actitud no se les puede discutir a los de Luis Carrión. Exprimieron al máximo el cronómetro en búsqueda de su premio. Rubén Castro -falló a puerta vacía, algo impropio de él- y Carrasquilla fueron los que más cerca lo tuvieron. Al final, tocó resignarse a la derrota: era el día de la Unión Deportiva.