No está teniendo muchos minutos, pero Malcom dejó su marca en su estreno con el Barcelona en la Champions. El brasileño apenas llevaba un minuto en el campo cuando anotó el 0-1 para los suyos.
En un partido en el que el Barcelona malgastó una decena de oportunidades, el brasileño entró y prácticamente decidió. Primero demostró su velocidad, también su técnica con un amago. Y, por último, su definición. El latigazo, con poca visibilidad para Handanovic, fue imposible para el esloveno.
Tras el tanto, Malcom miró al cielo y celebró con lágrimas en los ojos. Un gol importante para él, pues no está contando con demasiadas oportunidades en lo que va de temporada.
Para compltar su estreno de oro, el ex del Girondins de Burdeos forzó una tarjeta amarilla a Brozovic nada más sacar los interistas de centro.
6 de noviembre de 2018