Hace más de 60 años la plantilla de los 'red devils' volvía a Inglaterra tras haber disputado los cuartos de final de la Copa de Europa ante el Estrella Roja de Belgrado. Se clasificaron para las semifinales, pero no sabían lo que les esperaba en el viaje de regreso a casa.
El avión que trasladaba al Manchester United hizo escala en Múnich, una escala que se convirtió en una auténtica pesadilla. El tiempo no acompañaba, hacía viento, la pista estaba helada y el avión no fue preparado adecuadamente la noche anterior.
El experimentado piloto James Thain, de 36 años, abortó dos intentos de despegue, porque detectó que uno de los dos motores del Airspeed Ambassador que pilotaba generaba más potencia que el otro, lo que provocaba que la aeronave no fuese en línea recta.
Volvió a la terminal, ordenó desalojar el avión y mandó a los mecánicos que lo pusieran a punto. Fue entonces cuando se detectó la fina capa de hielo sobre las alas del avión, pero nadie pareció darle importancia.
El pasaje subió de nuevo al aparato y James Thain y su copiloto, Ken Rayment, iniciaron por tercera vez la maniobra de despegue. Nadie podía anticipar lo que estaba a punto de suceder.
El avión alcanzó una velocidad de 119 nudos (220 km/h), pero entonces llegó a una zona de la pista de despegue cubierta por hielo y fango. Perdió velocidad, y cuando el capitán trató de frenar ya era demasiado tarde.
La aeronave falló al ganar la altura adecuada, atravesó la valla exterior del aeropuerto y se estrelló en las tierras colindantes. Colisionó con una vivienda adyacente al recinto (eran otros tiempos), perdió un ala y el fuselaje salió rebotado hacia otro edificio, con tan mala suerte que en ese segundo impacto hizo estallar el depósito de combustible de un caminó estacionado.
Aquel Manchester United era uno de los grandes favoritos a ganar la Copa de Europa de aquel año. Con una plantilla con una media de edad de sólo 22 años, el United de Matt Busby estaba llamado a lograr grandes cosas.
De los 23 fallecidos en la tragedia, ocho eran jugadores del United: Geoff Bent, Roger Byrne, Eddie Colman, Mark Jones, David Pegg, Tommy Taylor y Liam Whelan y Duncan Edwards, este dos semanas después del accidente a causa de las heridas sufridas.
Ocho jóvenes futbolistas que se convirtieron en leyendas. Las 'flores de Mánchester'. Una tragedia que dejó sin aliento al fútbol inglés.
Dos jugadores de aquel equipo resultaron ilesos del terrible accidente (el meta norirlandés Henry Harry Gregg y el defensa Bill Foulkes), y el resto sobrevivió a la tragedia con heridas de diferente consideración.
Entre los supervivientes estuvieron los futbolistas Bobby Charlton, Jackie Blanchflower o Denis Viollet, y el entrenador Matt Busby. Y de la mano de este, diez años después, el Manchester United logró proclamarse campeón de Europa por primera vez. Sin duda el mejor homenaje que se le podía hacer a los fallecidos en el terrible percance.