Las diferencias ya eran abismales antes del inicio del partido. Los locales, en la zona baja y sin levantar cabeza, afrontaban un derbi ante un Lyon tercero pero con ciertas urgencias tras dos jornadas sin ganar. Y en el historial reciente, los visitantes ganaron cuatro de los cinco últimos derbis, aunque solo uno por más de un gol.
Pero esta vez, el Lyon no quiso que el trono del Ródano estuviese mucho tiempo con la incertidumbre de saber quién lo ocuparía. Los de Rudi Garcia se adelantaron en el minuto 16 por medio de Kadewere, uno de los nombres del partido.
Marcelo, en el 36', puso el 2-0 en el marcador tras servicio de Dubois, resultado con el que se llegó al descanso. El dominio era total del Lyon y el Saint-Étienne apenas podía pisar campo contrario para amenazar a un solitario Anthony Lopes.
Los dos goleadores repitieron en la segunda mitad para sentenciar el derbi. En el 59', Marcelo, de nuevo a pase de Dubois, firmó un doblete al que también llegaría Kadewere tras asistencia de Depay en el 68'. Con más de 20 minutos por delante, los locales ya solo podían intentar parte de la honra que estaban perdiendo sobre el césped.
Y lejos de llegar el gol del honor, lo que llegó fue la sentencia. Jugadón del Lyon con Depay a la cabeza que se convirtió en el 0-5 por medio de Bouanga, que mandó la bola a su propia portería para cerrar la noche negra para su equipo.
Con 43 puntos, el OL se reencuentra con el triunfo y se sitúa a dos puntos de PSG y Lille, mientras que el Saint-Étienne suma su tercera derrota seguida y se queda a dos puestos de la zona roja con 19 puntos.