Jesse Marsch, seleccionador de Canadá, se sumó este viernes a las críticas del preparador de Uruguay, Marcelo Bielsa, a la organización de la Copa América de fútbol y dijo que a lo largo del torneo se sintieron tratados "como ciudadanos de segunda clase".
Lo hizo en la rueda de prensa previa al partido por el tercer puesto del Bank of America Charlotte (Carolina del Norte), en la que también lamentó casos de racismo hacia sus futbolistas y un arbitraje que, en su opinión, perjudicó a las selecciones de CONCACAF.
"Vi, no vi toda (la furiosa rueda de prensa de Bielsa), pero vi parte de sus comentarios. Estoy de acuerdo con algunas cosas y estoy en desacuerdo con otras. Este torneo no fue profesional para mí, demasiados problemas con el trato", afirmó un visiblemente fastidiado Marsch.
"Vi lo que pasó tras el partido (Uruguay-Colombia y la pelea), pero seguro que no hubiéramos querido ver a la familia de estos chicos estar en esa situación", aseguró.
Las familias de los jugadores charrúas fueron agredidas por parte de algunos aficionados de Colombia y varios uruguayos, entre ellos Darwin Núñez y José María Giménez, saltaron a las gradas y se pelearon con los hinchas, según la versión de la 'Celeste'.
"Nosotros recibimos insultos racistas, en directo y en redes sociales, en todo el torneo. Nos trataron como ciudadanos de segunda clase. Yo quiero representar a nuestro país, nosotros representamos a nuestro país y hemos jugado duro y con agresividad. Nos han acusado los técnicos rivales de cruzar la línea por ser demasiado duros", aseguró.
"Si ves los datos de tarjetas, son más altas las de las selecciones sudamericanas. En el Estados Unidos-Uruguay fue el arbitraje más en contra de Estados Unidos que yo he visto", añadió.
"Nunca cruzamos la línea, nunca mis jugadores se tiraron al suelo como niños buscando llamadas, buscando tarjetas. Mis jugadores se han lucido muy bien", concluyó.
Marsch dijo que el arbitraje perjudicó a las selecciones de CONCACAF y consideró como "un milagro" el hecho de que Canadá haya llegado al partido por el tercer puesto.
"Saldremos sabiendo que habrá muchas cosas en contra de nosotros, pero vamos a demostrar qué significa ser canadienses", dijo.
El técnico subrayó que no se plantea dejar de entrenar a Canadá si llega una llamada de Estados Unidos, y fue contundente.
"No voy a dejar este trabajo y si no hay cambios en la Federación (estadounidense), no creo que vaya a tener interés en ese trabajo", aseguró.