Los arbitrajes están desquiciando al Atlético de Madrid esta temporada, y eso se nota en el hecho de que se haya convertido en el equipo que menos faltas hace de toda Primera y el que más amarillas ha visto.
Ser el que más amarillas ha visto esta temporada (36, una más que el Valencia) siendo a la vez el segundo que menos faltas hace (117, una más que el Espanyol), es curioso, como mínimo.
El Atlético de Madrid, o más bien su afición, porque el club, salvo Simeone y algunos jugadores, como Herrera o Griezmann, guarda silencio, siente que a sus jugadores se les muestra la amarilla a la mínima. Y el partido en el Ciutat de València no hace sino dar munición a estas quejas.
El Levante hizo 15 faltas, y González Fuertes solo mostró tres amarillas, una de ellas con el tiempo cumplido y que le costó la expulsión a Róber, por protestar. El Atlético hizo once faltas y el colegiado le enseñó cinco tarjetas, una de ellas por protestar, además de expulsar a Simeone por doble amonestación.
Puede ser que el Atleti juegue duro (marca de la casa), pero también que los futbolistas rojiblancos están a la que saltan y sus protestas tienden a ser demasiado enérgicas. Y eso, en una temporada en que los árbitros tienen orden de no pasar una en ese sentido, está lastrando a los rojiblancos.
Pero ante el Levante los jugadores rojiblancos sintieron que su rival tenía impunidad completa para hacer todas las faltas que quisiera. Ciertamente muchas no merecían la amarilla, pero González Fuertes obvió el concepto de la reiteración.
El Atleti estaba con dos amarillas tras apenas 25 minutos de partido. La de Hermoso, en concreto, fue la primera falta que hacía el Atlético en todo el partido. La de Felipe, la tercera. A esas alturas al Levante ya le habían señalado cinco faltas.
Los 'granotas' vieron su primera amarilla en el 40', en la octava falta que cometían, y no vieron más a pesar de hacer siete faltas más hasta casi el pitido final, en el 98'. Róber Pier, con la enésima falta, con agarrón incluido a Joao Félix, vio su primera amarilla en el 96', y la segunda ya tras acabar el partido, por protestar.
Mientras tanto, en el Atleti veían amarilla Koke, por un pisotón, y Giménez, por la falta que interrumpió el juego y que acabó con el penalti a favor del Levante por mano de Lodi.
En el Ciutat de València el Atlético hizo once faltas y vio cuatro amarillas por ellas, y la quinta, a Correa, por protestar. Dos de las tres amarillas del Levante fueron fruto de las 15 faltas que los 'granotas' hicieron.
Así pues, en este partido en concreto se desmonta la posibilidad de que al Atleti le carguen de tarjetas por protestar. Arbitrar no es fácil, ni siquiera con el VAR como respaldo, y hacerlo con justicia es algo al alcance de muy pocos colegiados. Pero más difícil es dejar a todos contentos tras el pitido final.