Las 'masterclass' de Bordalás: mínimo riesgo, máximo éxito

Camp Nou, 2010. Semifinales de la Champions League. "Jugamos contra el Barcelona con 10 jugadores y Samuel Eto'o, uno de los mejores delanteros de la década, jugó como lateral derecho. Nos clasificamos a la final. 15 días después, la ganamos e hicimos historia. Uno de los mejores delanteros del mundo jugó como lateral derecho porque el equipo y la estrategia lo necesitaban". Es la voz de José Mourinho.
La pizarra es libre. Cada técnico la usa como quiere. O como debe. Explotar los recursos de una plantilla que no necesita verse bajo los focos, sino sobre el barro, puede ser un arte. Expuesto, es difícil de comprender. José Bordalás lo conoce. El entrenador del Getafe, para cerrar la permanencia del Coliseum Alfonso Pérez en la última jornada de la temporada en Primera División, reinventó su apuesta. Mínimo riesgo, máximo beneficio.
Tal exhibición conservadora no iba a acercarse al radar estadístico de BeSoccer Pro sin encender sus pilotos. El partido contra el Real Valladolid fue el que menos pases con éxito acogió de la historia azulona reciente. Solo 66. Desde 2016, no ha habido otro igual. Los que más se le acercan, aquellos en los que hubo, como mucho, 126, se dieron casi todos bajo la batuta del estratega alicantino, que solo ha encontrado a un rival digno en estos parámetros a Quique Sánchez-Flores.
La presencia de Bordalás en el banquillo en 9 de los 10 encuentros con menos envíos atinados del Getafe en las postreras 7 campañas no es casualidad. Juan Esnáider, Míchel y el ya citado Sánchez-Flores también han ocupado su plaza, pero nadie se ha atrevido a propuestas de intenciones tan claras. Su objetivo es la permanencia, no la gloria. Es práctico. No quiere elogios en las redes sociales ni análisis sesudos sobre su capacidad para imponer un fútbol bello. Quiere resultados.
Y los ha tenido. De los 9 eventos antes enunciados, tan solo 1 se contó por derrota. Fue la visita al Camp Nou de la temporada 2019-20, cuando los madrileños tan solo se asociaron en 119 ocasiones. Les valió para marcar un gol, obra de Ángel. También hubo 2 empates, los 2 gloriosos. El 1º también tuvo lugar en la Ciudad Condal. Con Messi, Luis Suárez y Paco Alcácer delante, la expedición del Coliseum Alfonso Pérez mantuvo el 0-0 con tan solo 123 conexiones.
El 2º es el histórico, el más reciente. Con solo 66 pases con éxito, los azulones evitaron que el Valladolid, en su estadio, con el calor del graderío, cosechara una victoria que necesitaba para salvarse del descenso a Segunda División. Era un destino decidido en la pizarra. Hinchas, jugadores, observadores, analistas y periodistas sabían lo que iba a ocurrir y ocurrió de todos modos. Una incomprendida 'masterclass'.
En el resto de partidos con menos envíos atinados de la historia reciente del Getafe, solo se celebraron victorias. De hecho, hubo 3 en la misma campaña, la 2017-18. El Eibar cayó por 0-1 siendo testigo de tan solo 117 asociaciones; el Valencia, por 1-0 siéndolo de 120, y Las Palmas, por 0-1 tras observar 122. El Eibar volvió a ser víctima en la 18-19 cuando perdió por 2-0 tras ver 125, las mismas que contempló el Rayo Vallecano que sufrió un 1-2 el mismo curso. En el 19-20, el Leganés encajó un 0-3 que solo precisó de 126. 42 pases por gol. Cirugía.
José Zorrilla, 2023. Jornada final de la Liga Española. "No lo sabría expresar, es una sensación muy grande. Por toda la gente que, cuando llegué, estaba sufriendo. Hemos tenido esta recompensa, me han bañado, estamos muy felices, los chicos lo han pasado mal... Uno puede tener una percepción desde fuera y, cuando llegas, ves la situación de los futbolistas. Ahora, han soltado lo mal que lo han pasado. Me alegro por ellos". Es la voz de José Bordalás.
Su sello adquirió un grado celestial en las inmediaciones del río Pisuerga. No es comparable, a nivel de enjundia deportiva, una semifinal de la Champions League a la pugna por la permanencia, pero ambas erizan la piel, quitan el sueño al aficionado y dibujan surcos de lágrimas en sus mejillas. ¿Por qué no tratar las peripecias de los entrenadores con el mismo honor cuando su objetivo es más humilde? Evitar el descenso es un asunto serio. Martiricos y Manuel Murguía lo saben bien.
Miles de camisetas blanquivioletas abandonaron su estadio preguntándose por qué acababa de suceder lo que todos sabían que iba a suceder. BeSoccer Pro no puede ofrecerles consuelo, pero sí respuestas. La estadística avanzada permite descubrir 3 trazas clave de la propuesta azulona, que pasó por un centro del campo intrascendente, unos envíos en largo calcados y un delantero inesperadamente pegado a la banda -Eto'o sabe de qué trata esto-.
Sala de máquinas invisibles
Nemanja Maksimovic y Mauro Arambarri fueron las elecciones de Bordalás para el mediocampo. Funcionaron a la perfección. Se centraron en destruir el juego del rival. Sus mapas de calor evidencian su intrascendencia en la construcción de jugadas. No había que construirlas, sino atascarlas. Aleñá, que ingresó en la 2ª mitad, dio continuidad a este concepto a pesar de situarse como mediapunta. Un par de discretos círculos en zona de tres cuartos le delatan.
Puente aéreo Soria-Latasa
Esos 66 pases con éxito del Getafe en el José Zorrilla contactaron con las botas de David Soria y Juanmi Latasa en muchas ocasiones. Demasiadas para la paciencia del Valladolid, que no pudo cortar este puente aéreo. El socorrido recurso del delantero que baja balones estuvo tatuado en la pizarra de Bordalás. El mapa de calor del atacante permite ver cómo, en contraposición con los centrocampistas antes expuestos, gozó de enorme importancia en el esquema.
El delantero-lateral
Sin 1 hombre menos en el campo como aquellos 'nerazzurri' que visitaron Barcelona, pero con un último partido que librar para certificar la permanencia, Bordalás dotó a Jaime Mata, una de sus apuestas personales, de una demarcación especial. Sus goles explican gran parte de la permanencia; su fidelidad, también. En el desafío ante el Pucela, apenas se le vio en la caja contraria. Su misión era transformarse en lateral. Funcionó.