El PSG se relajó al verse con una ventaja de dos goles al descanso. Cavani y Matuidi marcaron en el lapso de tres minutos lo que creían que sería la sentencia del partido.
No sería así, porque el Metz se aprovechó de la 'pájara' vivida por los de Emery en la segunda parte para poner al entrenador vasco al borde del despido.
Jouffre recortó distancias en el minuto 78 de partido, y el Metz creyó en el empate. Éste llegó diez minutos más tarde, en el '88. Pero lo peor para el PSG estaba por llegar.
Un minuto más tarde Yann Jouffre acarició la gloria con el cuero de su bota izquierda. Pateó una falta directa de manera magistral hacia el arco defendido por Kevin Trapp, y sólo la madera evitó que se consumara una remontada tan histórica como el ridículo que podría haber firmado el PSG.
Pero la fortuna favorece a los audaces, y en el fútbol el que perdona, lo paga. Blaise Matuidi se vistió de héroe y en el último minuto del descuento acabó con las esperanzas del Metz con un testarazo a centro de Pastore.
Al final este episodio caerá en el olvido, pero en Metz no olvidarán fácilmente la noche en que estuvieron a punto de sacar los colores al todopoderoso Paris Saint-Germain.