Mientras que la temporada del Valencia es una carrera de obstáculos, la del Cádiz es mucho más liviana, más suave. Y esa presión del conjunto de Javi Gracia se hizo notar en los primeros minutos en Mestalla. Una ansiedad deportiva -e institucional- que no supo dominar.
El Cádiz entró mucho mejor a la cita. Los disparos tímidos de Cheryshev y un remate de Maxi Gómez dejaron sobreaviso al cuadro andaluz, que pronto comenzó a emerger al contragolpe. Una primera parte en la que ninguno de los dos supo imponer su dominio.
Sin embargo, el Valencia sí que mejoró en la recta final, pero le faltó más salsa, más chicha. Demasiado plano en el juego y sin ideas en los metros decisivos, ahí donde se cuecen los goles. Y lo notó.
El paso por los vestuarios le sentó bien al Cádiz, que saltó en el segundo tiempo con las ideas más claras tras la clase de Cervera. La verticalidad apuró al Valencia, que vio aparecer de nuevo a sus fantasmas.
Un envío al área de Espino desembocó en una pelota suelta que cazó Lozano, de espaldas y casi con media acrobacia, para sorprender a Jaume y poner el primer tanto en el luminoso de Mestalla (0-1)
Las caras de los jugadores del club 'che' eran un poema. También la de Javi Gracia. El miedo se apoderó durante unos minutos del equipo local. De hecho, el Cádiz pudo sentenciar en ese tramo.
Lozano dispuso de su doblete a la salida de un córner, pero su remate se encontró con la madera. Se salvó el Valencia en su peor momento... y eso parece que espoleó a los de Gracia.
A falta de doce minutos para el final, dos pesos pesados se juntaron para acudir al rescate. Gayà mandó un buen centro al segundo palo y ahí apareció Maxi Gómez para, con un gran testarazo, batir a Ledesma.
Se lo creyó el Valencia, que se volcó sobre los dominios del Cádiz. Pero el equipo amarillo, curtido en mil batallas, no se achantó. De hecho, pudo cazar al contragolpe el segundo gol, pero le faltó más calma a la hora de decidir.
Un punto que puede contentar al Cádiz en un campo difícil pese a haber podido sacar tres y que hace menos malo el tropiezo valencianista. Una derrota se hubiese traducido en drama en los planes de Javi Gracia. Pero la resignación parece que ocupa ya el estado de ánimo de los 'ches' en una temporada muy dura.