Mendizorroza se deja llevar por la revolución de Lucas Pérez

Este Alavés se está caracterizando por el saber estar y su capacidad de sacar las castañas del fuego con un juego poco brillante. El Eibar pagó los platos rotos de la versión más Mr. Hyde del conjunto 'babazorro'.

En la primera parte, el Alavés se dejó dominar por el Doctor Jekyll. Jugó con tranquilidad, esperando a un Eibar controlador de inicio. Garitano no se anda con tonterías y es consciente de que el sistema defensivo es su estilo.

Lo que aconteció en el Pizjuán la última jornada, con un empate valioso para los vitorianos, reforzó la teoría que está mostrando el técnico alavesista en esta segunda vuelta. El Alavés está más reforzado en defensa y sabe definir mejor sus opciones de gol.

Mendilibar, por su parte, quiso dar continuidad al juego descarado que se vio en el Eibar en Ipurua ante el Betis. Pero no consiguió superar la muralla defensiva de los locales en un primer tiempo muy parejo, ni tampoco frenar el poderío ofensivo de un Alavés desatado.

El Alavés aceleró y desaceleró el encuentro a su antojo. Bueno, más bien, al antojo de Lucas Pérez, que definió a la perfección lo que es salir y besar el santo. Volvió al ruedo el gallego tras una lesión y no le pudo ir mejor.

Su compenetración con Joselu da cada día más frutos. A los pocos segundos de la reanudación, un envío del ariete fue rematado plácidamente por Lucas Pérez. El Alavés aprovechó su fuerte: la velocidad en la contra tras un robo del esférico sobre el rival. En este sentido, Burgos erró en la salida de balón.

La igualdad a 24 puntos en la tabla de Primera División maniató por momentos a ambos equipos. El miedo por una derrota desmoralizadora era tremendo, pero el primer tanto permitió al 'Glorioso' sacudirse sus dudas para ir a por un triunfo vital por la permanencia.

El Eibar tardó en enterarse de lo que iba el segundo tiempo. Pronto, Burke, que repitía titularidad en el ataque de Garitano, aprovechó un gran envío de Aleix Vidal y una gran dejada de Joselu para fusilar al guardameta Dmitrovic.

Reaccionó brevemente en el tramo final el Eibar. Una buena combinación del recién entrado Inui con Orellana finalizó con un enorme obús del chileno para recortar distancias. Llegó tarde, no obstante, la respuesta 'armera'. Al Alavés no había quien le quitara ya el triunfo de las manos...