Merino compara la goleada con el fallecimiento de un pariente

Merino, que debutó en el banquillo en esta vuelta de los octavos de Copa tras ser destituido el domingo Pepe Mel, admitió que "el vestuario está totalmente destrozado, es normal", y que con esta derrota él siente "un dolor dentro que es parecido a cuando te desgarras, es como si se hubiera muerto un familiar".

"Cada gol que metía el Sevilla lo he sentido enormemente. Sientes dolor, no sabes qué te pasa, no sabes quitártelo de encima, pero esto es así, los derbis se deben de vivir así y seguro que si hubiera sido al revés, (Unai) Emery también estaría igual", dijo, triste y decepcionado, en su comparecencia en rueda de prensa.

Tras reconocer que el Sevilla fue "muy superior, salió muy fuerte y además venía de una racha positiva bastante grande, sobre todo en casa, todo lo contrario" que el Betis, el nuevo técnico verdiblanco subrayó que ahora "no cabe otra cosa que levantarse, ponerse manos a la obra y trabajar, porque queda muchísimo trabajo por delante".

El gaditano dijo que, tras relevar a Mel, solo tuvo el lunes para "trabajar" e intentó hacerlo "lo mejor posible para competir".

Lamentó el mal primer tiempo de su equipo, pues salieron "totalmente timoratos" y "peor no se podía hacer", y aunque la situación cambió algo en el segundo porque "se presionó mejor, se tuvo más posesión" y más llegada, "las ocasiones no fueron muy claras", por lo que sus jugadores "lo han pasado bastante mal".

Merino aseguró a su afición que va a "trabajar al límite" de sus "posibilidades, porque queda mucho trabajo por delante en todos los aspectos", y recordó que ya dijo que, si hubiera sido otro rival y con el 0-2 en contra de la ida, hubieran "afrontado el partido de forma diferente, pero hay que levantarse lo más pronto posible, ponerse a trabajar y ser más humilde que nunca".

"Los jugadores son profesionales y están acostumbrados a perder, pero ahora están destrozados, es normal, porque el Sevilla ha sido muy superior en todos los aspectos. Ellos son conscientes de eso y de que desde mañana hay que trabajar, con ganas y deseando de que llegue el sábado para poder ganar en Villarreal", recalcó.

Sobre la imagen de algunos de sus jugadores con lágrimas al final del derbi, lo consideró normal y señaló, además, que debe de ser así, pues son "conscientes de que se pueden hacer las cosas mejor y de la situación del equipo, y saben que no ha salido nada bien".

Merino señaló que no le pesan los cánticos de la afición rival, "sino los cuatro goles, haber perdido y cómo" ha "visto tácticamente al equipo", porque parecía que estaba "empezando a jugar al fútbol en algunos conceptos tácticos", pero aseveró sobre su plantilla que "mientras esté aquí" va a "defender a este equipo a muerte".

"No podemos bajar los brazos, no sé el tiempo que voy a estar, pero no puedo mentir. Estamos destrozados, mañana hay que levantarse con mucha fuerza, y tengo que confiar en los jugadores, porque, si no, apaga y vámonos", concluyó.