Aún planea en Liverpool el recuerdo de la exhibición de Messi en el Camp Nou, en la ida de semifinales. Su gol de falta pasó a la historia de la competición, qué maestría. El argentino, endemoniado por alzar una nueva Champions, no quiere sorpresas en Anfield. Para ello, bien haría en hacer un gol con el que echar abajo los sueños de la tropa de Klopp. 600 después, todavía hay retos por lograr.
Si lo consiguiera, lograría un reto que a día de hoy aún no consiguió. Nunca el '10' ha visto puerta en la vuelta de semifinales de Champions, con seis partidos disputados. Por un motivo u otro, a Messi se le atraganta el paso previo a la gran final. Y en alguna ocasión, al Barcelona le costó verse fuera de la competición continental.
Desde que Messi es parte de la primera plantilla azulgrana, el 'crack' de Rosario ha vivido con su equipo ocho vueltas de semifinales, aunque solo jugó seis. No estuvo, por lesión, en el Barça-Milan de la 2005-06 que terminó con empate (0-0). Tampoco ante el Bayern, en el Camp Nou en la 2012-13. Aquella vez estuvo en el banquillo y los bávaros destrozaron al Barça (0-3) como habían hecho en la ida.
Por descontado, el momento más doloroso en esta fase de la competición llegó en el Barcelona-Chelsea de la 2011-12, que terminó con un 2-2 que dio el pase a la final al conjunto de Di Matteo. Antes del gol de Torres, con el Barça viviendo en área rival, Messi tuvo en su bota izquierda un penalti con el que pudo resolver todo. El lanzamiento se fue ligeramente arriba y se topó con el larguero.
Tampoco marcó en el United-Barça de la 2007-08, el Chelsea-Barcelona de la 2008-09, la vuelta ante el Madrid de la 2010-11 o en la última semifinal disputada por el conjunto 'culé', frente al Bayern en Alemania (terminó 3-2 para los bávaros). En Anfield, en una de las catedrales del fútbol mundial, Messi aspira a cambiar el paso.