Al tran tran, sin correr y sin sufrir. Así se llevó este miércoles el Barcelona los tres puntos ante un Elche que se fue con las manos vacías del Camp Nou. El triunfo, que sirve al Barça para lamerse las heridas del Cádiz, mete de nuevo a los pupilos de Ronald Koeman en la pelea por LaLiga (a cinco puntos del liderato), aunque mucho deben cambiar las cosas si quieren de verdad aspirar al título, pues el encuentro fue una nueva demostración de que, a nivel de ritmo, el cuadro 'culé' está a años luz de la élite.
El inicio del encuentro fue bastante eléctrico, con Trincao teniendo una ocasión muy clara a los 70 segundos que Édgar Badía desvió con seguridad. Al aviso del joven extremo portugués respondió casi de inmediato Lucas Boyé, que en el minuto 5 tuvo una ocasión inmejorable para adelantar al cuadro ilicitano, pero su disparo desde el corazón del área se marchó alto.
Las dos ocasiones ilusionaron a todos con un duelo frenético, pero todo fue un espejismo. El Barça, que asumió el control casi total de balón, volvió a pecar de falta de velocidad y verticalidad a partir de la zona de tres cuartos de campo. Por su lado, el Elche estaba satisfecho replegado atrás con una línea defensiva de cinco hombres que limitaba mucho los huecos.
Ritmo de veteranos en el Camp Nou
Enrocados ambos equipos en su plan, los minutos iniciales pasaron sin demasiados sobresaltos. De hecho, solo Trincao parecía con una marcha más en la primera media hora. El portugués, habitual revulsivo, estuvo cerca de adelantar al Barça en el marcador en el 20' tras una jugada eléctrica con dos regates en el área. Tras quebrar a un par de jugadores, el luso ejecutó con un disparo colocado de zurda, pero Édgar Badía se lució para tirar por tierra la ocasión.
El dominio de la posesión y posicional del Barcelona hacían que, de manera lógica, las pocas ocasiones eran del equipo de Ronald Koeman. Justo cuando se cumplía la media hora, De Jong y Jordi Alba fueron protagonistas de una buena doble ocasión 'culé' que no obtuvo el premio del gol por el propio Badía y la mala puntería. Pese a que quedaban 15 minutos por delante, esa fue la última oportunidad del equipo catalán en un tramo final de la primera parte que fue absolutamente tedioso y de un ritmo más propio de un encuentro de veteranos que de un partido de Primera División.
Se esperaba que el paso por los vestuarios cambiara un poco el tempo del Barça, que con 0-0 debía poner una marcha más, pero nada más lejos de la realidad. Koeman dio entrada a Dembélé, pero ni el desorden propio del extremo galo hizo que su equipo pisara el acelerador. Eso sí, el cuadro azulgrana tuvo la fortuna de, por fin, modificar el resultado inicial.
Messi, De Jong y a pensar en el Sevilla
Y es que en el minuto 48, Leo Messi, que estaba totalmente ausente hasta ese momento, conectó con Braithwaite. El danés, siempre criticado, se sacó de la chistera un gran taconazo para asistir al astro argentino, que definió cruzando el esférico con su zurda para poner un 1-0 que, a la postre, liquidó totalmente el encuentro.
Tras el tanto, pese a lo sucedido hace unos días en Cádiz, el Barça optó por mantener ese ritmo, en términos ciclistas, pestoso. Como si se tratase de una etapa llana del Tour de Francia, el cuadro 'culé' se limitó a ver pasar los minutos mientras hacía eternos rondos ante un rival que tampoco salía de la cueva, consciente de que si llegaba así a los últimos minutos podía tener sus opciones.
Sin embargo, el deseo ilicitano se vio destruido por un ataque de rebeldía de Frenkie de Jong. El neerlandés, en una demostración de velocidad, potencia y calidad, realizó una arrancada increíble por banda izquierda, regateó a todo el que le salió a su paso y le regaló el tanto a un Leo Messi que firmó su doblete particular. Era el minuto 69 y todo quedaba ya visto para sentencia. De hecho, poco después, en el 73', Jordi Alba redondearía la goleada con el 3-0 tras una nueva asistencia de Braithwaite.
El último cuarto de hora sobró por completo, con el Elche sabiéndose derrotado y el Barcelona, que se puso a dos puntos del Real Madrid, pensando en un doble enfrentamiento contra el Sevilla que, con la Champions League siendo una quimera tras el 1-4 del PSG, dictará si el equipo de la Ciudad Condal aspira a levantar un título este curso.