Leo Messi fue protagonista de buenas y malas acciones en el encuentro de Liga entre el Valencia y el Barcelona, pero las buenas pesaron mucho más. La mala nació de un fallo en el minuto 57, cuando Cillessen le paró el penalti que iba a suponer el empate de los azulgranas.
Él mismo se encargó de cazar el rechace con lío en el área incluido y, más tarde, como si quisiera acallar las críticas por su mal lanzamiento desde los once metros, compensó con una obra de arte de falta. Además, era el 1-3, casi la sentencia.
En la frontal de los 'ches', Soler le tiró al suelo de un empujón y facilitó una ocasión a balón parado que el argentino no dejó escapar. Engatilló con la zurda, ajustó su golpeo y superó al cancerbero con un efecto endiablado de dentro afuera que hasta llevó al balón a tocar el palo.
Poco antes, Griezmann había completado la remontada sobre un Valencia que se adelantó de la mano de Gabriel Paulista. La obra de arte de Leo, probablemente, será uno de los mejores tantos de la temporada cuando esta termine. Y quién sabe si puede valer parte de una Liga.