El mundo se paró este sábado durante el Dinamarca-Finlandia. Christian Eriksen se desvaneció, cayó al césped y tuvo que ser atendido rápidamente por los servicios médicos daneses.
Pero antes, el primero que acudió fue Simon Kjaer, el capitán de su Selección, que mostró un temple admirable en una situación tan complicada como la que se vivio en el encuentro de la Eurocopa.
Los aficionados del Milan, su club, comenzaron a pedir en redes sociales que el central sea también capitán en el combinado 'rossonero', y la entidad italiana planea cumplir los deseos de los hinchas.
Según apunta 'Sportmediaset', el Milan ya habría tomado la decisión de ofrecerle el brazalete cuando termine su andadura en la Eurocopa como premio a su capacidad de liderazgo en un momento tan sumamente complicado.