Con la mente en los cuartos y el corazón a 5.385 kilómetros
![Salah verá los octavos de final desde la banda. AFP](https://cdn.resfu.com/media/img_news/afp_en_547cba82053a872159ed2d1b6b0d73346c2e4985.jpg?size=1000x&lossy=1)
Mohamed Salah estaría encantado si se le concediera la habilidad mágica de estar en dos sitios a la vez. Estas semanas, está concentrado con la Selección de Egipto en la Copa África, pero le gustaría pasarse por Liverpool para darle un abrazo a Jürgen Klopp. Su gran maestro, quien le dio la bienvenida cuando firmó con Anfield y exprimió su mejor rendimiento hasta hacer de él una leyenda 'red', ha anunciado que dejará el proyecto al término de la temporada.
En paralelo, el extremo espera que sus compañeros eliminen a la República Democrática del Congo en los octavos de final. Él, tocado del tendón de la corva, quizás esté recuperado para unos hipotéticos cuartos en los que se antojaría fundamental. La prensa local, eso sí, advierte de una potencial mejora de sus compatriotas sin él en el campo quizá debida a que jugan sin pensar en que tienen que hacerle llegar la pelota cuanto antes.
En el empate con Cabo Verde, se pudo ver al 'Faraón' de brazos cruzados en la banda, como si de un miembro más del cuerpo técnico de tratara. Será la misma imagen que evoque en la tarde de este domingo, en la que sabrá si continúa en Costa de Marfil a la espera de volver a saltar al campo o si ha de regresar a Inglaterra, un mal trago que se haría dulce, en cierto sentido, por poder hablar con el estratega que ha impulsado que, en el torneo internacional, él sea una de las estrellas que colman la prensa.
No hay otro entrenador con el que Salah haya pasado más tiempo que con Jürgen Klopp. Estuvo a las órdenes de algunos ilustres como José Mourinho en el Chelsea o Luciano Spalletti, actual campeón del 'Scudetto' aunque ya dejara el Nápoles, en la Roma. El alemán le abrió las puertas del Liverpool en verano de 2017 y, cuando acabe la actual temporada, su viaje juntos habrá sido uno de siete años con cerca de 400 partidos en los que le ha alineado.
La proyección del egipcio, que, probablemente, tendrá su propia estatua en los alrededores del estadio 'red' cuando se vaya, al igual que su maestro, no se puede explicar sin este último. Aterrizó en un proyecto en depresión, falto de fe y pidió un ejercicio de ilusión para el que el '11' se antojó fundamental. Jamás se ha bajado de los 48 encuentros por campaña y, con picos como el de su primer curso -44 goles en 51 actuaciones-, ha dado motivos de sobra para ser considerado uno de los mejores del planeta.
Las galas quizá se hayan olvidado de él, pero no lo harán las gradas. Estuvo ahí cuando los rojos levantaron la Champions League, estuvo ahí cuando se alzaron con la Premier League, estuvo ahí en todas las campañas en que, de no haber existido el Manchester City, más trofeos domésticos habrían llegado con facilidad a las vitrinas, estuvo ahí con la venida a menos de los últimos años y está ahí ahora que la pugna por el trono vuelve a ser una realidad. ¿Qué mejor manera de despedirse de Klopp que con más títulos? Ninguna, pero, primero, la Copa África.
January 25, 2024