Y es que el conjunto noruego es el líder del campeonato local con 33 puntos, cuatro más que su inmediato perseguidor (aunque este tiene dos partidos menos). Ahora, tendrá que ponerse el traje de faena y viajar a Serbia para darle utilidad al 0-0 de la ida y seguir vivo en Europa.
De acabar en cabeza la liga, sería su primer título doméstico desde 2014, último año en que se coronó campeón del fútbol noruego. Y todo esto el año I después de Solskjaer, que se marchó al United tras quedar segundo por detrás del Rosenborg.
De momento, su situación parece no resentirse por su marcha. Al contrario. Erling Moe asumió las riendas de un equipo que ha ganado diez partidos, ha empatado tres y ha perdido otros tres, con un saldo de goles de +21 con el que arrasa en esa faceta en liga.
Eso sí, a Moe aún le queda mucho trabajo por delante si quiere alcanzar a Solkskjaer. Al menos, al de la primera etapa, que logró dos Ligas consecutivas y una Copa de Noruega.