La Selección Española jugará el Mundial de Catar 2022. Es algo que se daba casi por hecho antes de que comenzase la fase de clasificación, pero que llegó a estar más que en peligro conforme esta avanzaba. Al final, 'la Roja' firmó su decimosegunda presencia seguida en una Copa del Mundo tras no fallar en la recta final, recibir algún favor de los rivales y sentenciar en La Cartuja, en una 'final' que estaba más que marcada en el calendario desde hacía algunos meses.
Lo que se vio en Sevilla fue, primero, un tostón. Y luego, un bendito tostón. Y es que cualquier aficionado firma, especialmente en el aún más resultadista y cortoplacista fútbol de selecciones, que todo los peñazos que vea de su país acaben con éxito. En este caso, un billete para el Mundial, aunque seguro que tampoco haría asco a un título sacrificando algo de entretenimiento.
Sí que es innegable que el partido careció de todo aquello que suele gustar al espectador, sobre todo, neutral. Pero no es menos cierto que es imposible entender este encuentro sin sus circunstancias, un papel que lo envolvía y que era imposible separarlo de él. Suecia debía ganar, por lo que no era de extrañar que apostase sus bazas a llegar con opciones de hacerlo a los minutos finales.
Por su parte, España no tenía por qué arriesgar, aunque la ambición siempre es la mejor manera de asegurar, como poco, esos empates sobre los que siempre se niegan las intenciones de ser firmados. De hecho, no estuvo defensiva ni rácana 'la Roja'. Simplemente, se adaptó a las circunstancias y a su rival, que tampoco le exigió demasiado. Y lo poco que le exigió lo barrió Gavi en un fenomenal inicio de partido en labores defensivas y de equilibrio.
Tómese el primer tiempo como un trámite, como un aperitivo que solo hace despertar más el hambre a la espera del atracón final. Un gol de España dejaba a Suecia casi en la cuneta, y un gol de Suecia mandaba al traste el colchón que se había fabricado la Selección Española, con buena parte de aportación georgiana.
Por todo esto, no se vio ni un solo tiro a puerta antes del descanso, aunque Suecia sí que dispuso de un par de llegadas más que peligrosas. España, por su parte, apenas avisó con un zurdazo de Sarabia que se fue demasiado cruzado. La respuesta visitante vino de la mano de un Forsberg que tuvos dos remates peligrosos. El primero, en la frontal, se marchó muy cerca del palo tras botar, por suerte, en el césped y alejarse de su objetivo. El segundo no encontró el segundo palo de milagro, en una volea que hizo sudar a La Cartuja
Un sufrimiento casi obligado
Luis Enrique apostó en el once por un De Tomás que sufrió tener que ser el delantero centro en un partido sin porterías. Tras un error de Azpilicueta que mandó al limbo Isak en el área, el jugador del Espanyol tuvo su única oportunidad en el partido, con un remate en el primer palo que no tomó toda la dirección deseada.
Forsberg volvió a responder, esta vez, con un mal remate o casi no remate que alivió a España. El atacante estaba solo en el segundo palo, pero no logró conectar con el balón delante de Unai. Justo cuando se cumplía la hora de partido, Luis Enrique dio entrada a un Morata que sería decisivo en lo que se puede considerar como la clausura de un círculo que empezó en la Eurocopa.
Pero antes del momento del 'bianconero', la segunda mitad tuvo dos fases. Mejoró 'la Roja' en la primera, con dos tímidos intentos de los centrales, Pau y Laporte, y un disparo escorado de Morata que se perdió por línea de fondo. Llegaba más España, aunque sin apenas peligro en el área, pero no duró demasiado esta situación.
Suecia dio un paso adelante obligado, igual de obligado que el sufrimiento de los locales. Más que por méritos, argumentos u ocasiones, Suecia soñó porque solo le separaba un gol de Catar. Y su rival temió por la misma razón, aunque realmente Unai podría guardar los guantes esta noche sin pasarles un paño.
Pero ese paso adelante y la entrada de Ibrahimovic hizo resaltar algún runrrún en la grada con balones al área en los que estuvo de 10 la defensa. Solo hubo un error, de nuevo de Azpi, que casi le cuesta el pase a los suyos. Menos mal que Claesson no pudo rematar en el segundo palo y se fue al suelo.
Morata cierra el círculo
El partido tardó 84 minutos en vivir su primer tiro a puerta. Fue de Morata con la zurda en el área para que atrapase en dos tiempos Olsen. Era un aviso, aunque nadie lo sabía. Dos minutos más tarde, llegó la explosión de alegría sobre el verde, en las gradas y, sobre todo, en Morata y su entorno.
A nadie se le escapa que el delantero sufrió de lo lindo en la Eurocopa. Las críticas se repitieron hasta ser memes y su falta de acierto le costó problemas más que importantes. Pero el fútbol le tenía reservado la guinda con la que sellar la presencia en el Mundial.
Precisamente, el delantero marcó con una gran definición, algo que echó de menos en el pasado. Gavi jugó con Olmo en tres cuartos y el del RB Leipzig soltó un zapatazo desde lejos que tocó Olsen con una palomita para desviar la bola al larguero. El rechace le cayó a Morata, que tuvo toda la paciencia del mundo para mirar, tocar y levantarle la bola a un Olsen rendido en el suelo.
El gol liberó a todos y sería casi lo último del partido, además de una dejada de Ibra en el área que habría costado alguna que otra uña con el 0-0 en el marcador. España estará en su decimosegundo Mundial seguido y, esta vez entre noviembre y diciembre, cumplirá con la tradición de reunir a familias alrededor de la tele o de crear 40 millones de seleccionadores con sus 40 millones de teorías. Bendito tostón.