El Atlético sobrevivió al Espanyol a base de arreones. Uno al principio que metió miedo, otro en la recta final de la primera parte para igualar el encuentro y otro durante toda la segunda mitad.
Se le achaca al Atlético en la presente campaña que tira las primeras partes. Así lo pareció en los últimos compromisos, pero no ante un Espanyol que supo sobrevivir en la sombra para hacerse grande con respecto pasaron los minutos.
Avisó un Morata que igualó a Griezmann con seis partidos consecutivos marcando. El delantero del Atlético de Madrid perdonó una clara ocasión en la que, además, se lesionó Naldo para más inri del Espanyol.
Con el paso de los minutos, el Atlético de Madrid rebajó la presión, lo que aprovechó el Espanyol para estirarse. Se pareció por momentos al conjunto que goleó el jueves. De hecho, un zapatazo de Darder, que acabó en golazo, provocó los primeros pitos del Wanda Metropolitano.
Reaccionó el Atlético de Madrid justo antes del descanso. Empató con suspense y polémica. Polémica por un posible fuera de juego de Morata. Suspense porque, después de que Correa le quitase el gol al delantero en línea de gol, el VAR revisó una acción que finalmente fue dada por válida.
El gol, justo antes de pasar por los vestuarios, sirvió para que el Atlético cogiese la autopista hacia el triunfo. Volvió a tener una presión alta en la segunda mitad y, con trabajo, encontró el tanto final de Morata.
Si había perdonado en los primeros 45 minutos, no lo hizo en los siguientes. De nuevo un balón filtrado, de nuevo a la carrera y de nuevo por detrás de la defensa. El '9' del Atlético vio la media salida de Diego López para tirarla por el palo largo.
Controló bien el partido el Atlético de Madrid, pero acabó pidiendo la hora en una de las acciones más polémicas del partido. Thomas hizo una falta más de roja que de amarilla. En dicha acción, David López marcó totalmente solo, pero Gil Manzano pitó falta previa de Bernardo a Koke.
Sentenció el Atlético de Madrid el partido con el Espanyol totalmente volcado. Diego Costa demostró no tener ansiedad con el gol y le regaló un centro preciso a Koke, previa dejada de Herrera sin tocarla, para firmar el 3-1 definitivo.