El preparador escocés se jugaba mucho en el envite del martes, ya que llegaba muy tocado por las críticas y tomó unas decisiones de riesgo pero acertadas que le dan fuerza cara al futuro.
Poner en portería a Oier Olazabal, al que había responsabilizado de un gol encajado contra el Espanyol y que tenía una papeleta más que complicada ante un Granada que le tiene cedido a la Real, le salió perfecto porque el portero de Irún finalizó el partido con nota alta.
El entrenador realista apostó también por Imanol Agirretxe en ataque, en detrimento del brasileño Jonathas, y el ariete guipuzcoano realizó uno de los mejores encuentro de su carrera para ser parte sustancial de la victoria blanquiazul.
También salió perfecta su decisión de alinear a David Zurutuza, la gran sorpresa de la noche porque no había ido convocado a ninguno de los cuatro partidos anteriores y se convirtió en uno de los mejores activos ofensivos.
Para encontrar un resultado mejor fuera de Anoeta hay que echar la vista atrás cinco temporadas y remontarse a enero de 2011 cuando los donostiarras, con un Antoine Griezmann en estado de gracia, batían por 0-4 al Getafe.
Ahora, con las pilas cargadas de confianza, afrontará en una disposición muy diferente el derbi ante los rojiblancos, que puede relanzar a la Real en la tabla en caso de triunfo.