El Barcelona quiso cambiar el curso de la historia con el fichaje de Robert Lewandowski, pero ni el mejor de los goleadores en Europa es capaz de acabar con una pesadilla ya recurrente en la Ciudad Condal.
Da igual que el club azulgrana llegue en un gran estado de forma, que aún no hubiese perdido. Jugar ante el Bayern de Múnich es como ir al dentista a que te saquen las muelas de juicio. Duele y, cuanto más rápido sea, mejor.
Mucha fe, poca puntería
El Barcelona, después de muchos sinsabores en Múnich, supo cómo salir. A morder, con un Lewandowski extramotivado, quizás demasiado. Esa es la única explicación viable para entender por qué el polaco no metió ninguna de las que tuvo.
Neuer se convirtió en héroe en la primera mitad en el Allianz Arena. En una lucha encarnizada por el Mundial entre el jugador del Bayern y Ter Stegen, ganó a los puntos el capitán del cuadro bávaro.
Tuvo una de esas apariciones celestiales a un tiro de Pedri, a la vez que regaló un balón a un Lewandowski que, por momentos, pareció pertenecer aún al Bayern de Múnich.
Ni el polaco, ni Raphinha, con sus continuos disparos desde la frontal, ni Dembélé, desaparecido en la izquierda, intrascendente en la derecha, fueron capaces de perforar la portería del Bayern.
Protestó el Barcelona un penalti justo antes del descanso. Dembélé cayó en el área con Davies y ni Makkelie ni el VAR consideraron que fue un contacto suficiente.
Nunca dejes al Bayern revivir
El paso por los vestuarios sentó mucho mejor al Bayern de Múnich. En cuestión de cuatro minutos, el Barça se convirtió en ese azucarillo que se disuelve en un café con aroma a cerveza.
El Bayern de Múnich mostró su colmillo no una vez, sino dos para dejar medio muerto al Barça. Erró la defensa, erró Ter Stegen y Lucas, totalmente solo en el área chica, remató casi a placer de cabeza.
Cuatro minutos después, Sané se puso el disfraz de correcaminos y el coyote azulgrana fue incapaz de alcanzar la velocidad de crucero. Incluso con la pierna mala, el extremo puso el segundo clavo en el ataud azulgrana.
Dos golpes que fueron demasiado fuertes para el Barcelona. Quiso reaccionar, tuvo tiempo de sobra para ello, pero no se pudo levantar de la lona, o al menos no con la puntería necesaria.
Vivió tranquilo, para el partido que era y el resultado que había, Neuer en los últimos minutos. El Bayern volvió a mostrar que es una pesadilla para un Barça que cayó por primera vez en la temporada.