"Obviamente, a uno nunca le gustar tener que dejar al equipo en un entrenamiento o en un partido y estoy esperando para que me llamen nuevamente a declarar, pero estoy muy bien y tranquilo y nada más", ha dicho en rueda de prensa el entonces portero del cuadro valenciano.
Se juzga a 42 acusados, 36 de ellos futbolistas y ex jugadores, por lo ocurrido en ese encuentro de la última jornada de la liga 2010-11 de Primera División, en el que el Zaragoza se estaba jugando la permanencia y que concluyó con victoria maña por 1-2 en el estadio Ciutat de Valencia.