La lesión de Samuel Umtiti motivó al Barcelona a acudir al mercado, en busca de un central que diese descanso de Gerard Piqué con garantías. La situación de Jeison Murillo en el Valencia sedujo a Ernesto Valverde, que insistió tanto en público como en privado en su incorporación.
Al no confiar en Chumi ni Cuenca, el 'Txingurri' presumió del fichaje del colombiano, dándole el mando en los dos duelos de octavos de final de la Copa del Rey frente al Levante. Formó junto a Chumi en el Ciudad de Valencia y junto a Lenglet en el Camp Nou.
Aunque se quedó fuera de la expedición para el Sánchez Pizjuán por acumulación de tarjetas, Murillo no entró en los planes de Valverde frente al Girona en Liga ni para la vuelta de cuartos de final frente al Sevilla. Una decisión puramente técnica que pone en cuestión la confianza del técnico.
La enésima resurrección de Thomas Vermaelen ha dejado sin protagonismo a un Murillo que recuerda a Yerry Mina. El también central colombiano aterrizó en Barcelona en enero de 2018, pero su paso fue tan discreto que acabó haciendo las maletas el pasado verano rumbo al Everton.