Un 22 de junio que retumba en la memoria

Hay días que quedan tan marcados que no se pueden olvidan. Por mucho que pase el tiempo, perduran en el subconsciente. El problema es que no siempre tienen que ser para bien. Eso pensará el Nàstic de Tarragona de un 22 de junio que retumba en la memoria y que vuelve a la carga.
Hace justo un año sobre el césped del Nou Estadi Costa Daurada, Antonio Cordero remató con el alma en el minuto 122 para certificar el regreso del Málaga a Segunda División. La parrroquia rojilla pasó de la euforia al drama en una prórroga que pasó a la historia oscura del club catalán.
Tal fue el dolor que el Nàstic de Tarragona presentó una querella criminal contra el colegiado Eder Mallo Fernández por su actuación. A juicio de los locales, errónea. El problema es que el fútbol no perdona y, en otro 22 de junio, puede quedarse otra vez a las puertas del fútbol profesional.
La Real Sociedad B conquistó el Nou Estadi Costa Daurada por 1-3 con los goles de Unai Dufur en propia meta, Mikel Rodríguez y Gorka Carrera. De nada sirvió la suma esperanzadora de Pablo Fernández. Necesita una tragicomedia a favor para la machada y le arbitrará... un malagueño.
Abraham Domínguez Cervantes fue designado para dirigir el todo o nada de San Sebastián. El Nàstic de Tarragona tiene a la narrativa en su contra, pero no le queda más remedio. Debe vivir la noche perfecta si no quiere volver a pasar por lo mismo con un 22 de junio que retumba en la memoria.