Una sombra abriga a Neymar cuando se juegan las cosas importantes. Superdotado físicamente, el delantero brasileño ha sufrido varias lesiones de envergadura que le han apartado del foco.
Neymar es un jugador poco castigado por los problemas musculares. Y esto no es casualidad: hay un trabajo de prevención, de cuidados, una alimentación adecuada; también hay una morfología muscular de deportista de élite, le acompaña la genética evidentemente.
Ya en Brasil, siendo la gran perla en Santos, se daba baños en agua helada tras los partidos y los entrenamientos. El objetivo es recuperar, prevenir, presentar un estado físico que, con los años, le ha permitido ser de los mejores.
En las lesiones óseas, sin embargo, hay un componente de suerte. Hay mucho de fortuito cuando un rival entra a otro y éste cae lesionado. Neymar se ha enfrentado a numerosos episodios de este estilo.
En 2014, en el Mundial de Brasil, aquel que se disputó con Neymar como futura estrella futbolística, aspirante a Balón de Oro y competidor próximo de Messi y Cristiano, un rodillazo casi da por finalizada la carrera del entonces jugador del Barcelona.
Ney fue a controlar un balón, Camilo Zúñiga le entró por detrás y el brasileño no se levantó más. Lesionado de la espalda, dos centímetros al lado podría haberlo retirado para siempre. La baja de la estrella acabó con Brasil, deprimida y goleada por 7-1 por Alemania en semifinales. La peor derrota en el peor momento.
Cuatro años después, en 2018, con los octavos de Champions en plena disputa y siendo Ney la punta de lanza del PSG y el futbolista más caro del mundo, una serie de patadas que intenta esquivar el jugador acaban en fractura del quinto metatarsiano del pie derecho. Adiós Champions, al quirófano y Mundial renqueante. La Copa del Mundo que debió ser la de su plenitud física por edad y nivel no disfrutó de su mejor versión.
Ante el Estrasburgo, un año después, pesadilla repetida: Anthony Gonçalves sacudiendo a Neymar, que al final vuelve a lastimarse la misma zona del pie. "Para mi cumpleaños quiero un metatarso nuevo", dijo el delantero.
Llega el verano, y dolido de la rodilla izquierda, se pierde la Copa América, también celebrada en Brasil, por un fuerte esguince en el pie que tantos problemas le ha dado en los últimos años. Sin Mundial, sin Champions, sin Copa América.
La mala suerte persigue a Neymar, quien tampoco hace por evitar ser el centro de las iras de los rivales. Atrae mucha pelota, conduce demasiado, quiere mostrar su superioridad futbolística... y esto termina en cacería.
"Cuando quieres jugar así, no te quejes si te llevas golpes... No estamos aquí para que se divierta con nosotros. No somos sus títeres", dijo el propio Gonçalves. En cualquier caso, pierde Neymar, pierde Brasil, pierden sus clubes. Y pierde el fútbol.